El presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, ha huido en plena noche con su mujer y sus guardaespaldas, horas antes de presentar su dimisión tras las históricas protestas en el país que han provocado la ocupación de su domicilio.
El Sr. Rajapaksa partió en un avión de la fuerza aérea de Sri Lanka hacia la ciudad de Male, en Maldivas, en medio de la noche, según confirmó un funcionario de inmigración a Associated Press bajo condición de anonimato.
Lo hizo después de que se informara de que había perdido “cuatro vuelos” en el aeropuerto internacional de Colombo justo un día antes, cuando el personal de inmigración se negó a ir a la suite VIP para sellar su pasaporte y permitirle volar a los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
El Sr. Rajapaksa había aceptado dimitir el miércoles bajo presión después de que el palacio presidencial de Colombo fuera asaltado por manifestantes furiosos que fueron vistos saltando a la piscina de la fastuosa residencia y hurgando en la cocina y los armarios.
Los manifestantes seguían permaneciendo allí después de tres días y el miércoles por la mañana se vio llegar a más.
También han quemado el domicilio particular del primer ministro, mientras sigue creciendo la ira contra la familia Rajapaksa, que ha gobernado Sri Lanka durante la mayor parte de las dos últimas décadas. Los manifestantes han culpado directamente a la familia de la mayor crisis económica del país desde su independencia.
A medida que la economía se hundía y los manifestantes salían a las calles exigiendo productos básicos como el combustible y la electricidad, la destitución de la poderosa dinastía política de muchos puestos oficiales ha seguido siendo una de las principales reivindicaciones. Los habitantes de Sri Lanka querían que asumieran la responsabilidad de haber llevado al país a este estado.
Los expertos afirmaron que la crisis económica de Sri Lanka es el resultado de varios factores, como la inflación mundial y el manejo de la economía durante décadas.
El Sr. Rajapaksa se aferró al poder incluso cuando sus hermanos menores, Mahinda y Basil, dimitieron en mayo y junio como primer ministro y ministro de Finanzas respectivamente, tras meses de disturbios.
Su decisión de dimitir finalmente, tras el asalto a su casa, había sido un paso bienvenido, ya que los manifestantes buscaban una revisión completa del sistema político de Sri Lanka.
Pero actualmente no se vislumbra el fin de la crisis.
Los manifestantes han prometido ocupar los edificios oficiales hasta que los principales líderes se hayan ido y la huida del Sr. Rajapaksa va a inflamar aún más la situación.
Los presidentes de Sri Lanka están protegidos de la detención mientras están en el poder y es probable que el Sr. Rajapaksa haya planeado su huida mientras todavía tenía inmunidad constitucional.
Mientras tanto, los legisladores de Sri Lanka han acordado elegir un nuevo presidente la próxima semana, pero han tenido dificultades para decidir la composición de un nuevo gobierno que saque al país de la bancarrota económica y política.
El nuevo presidente cumplirá el resto del mandato de Rajapaksa, que termina en 2024, y podría nombrar a un nuevo primer ministro, que tendría que ser aprobado por el Parlamento.
El actual primer ministro ejercerá de presidente hasta que se elija un sustituto, un acuerdo que podría enfadar a los manifestantes que quieren que Ranil Wickremesinghe se vaya inmediatamente.
El Sr. Wickremesinghe había aceptado dimitir el mismo día en que los manifestantes irrumpieron en el palacio presidencial.
Información adicional de las agencias
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