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En la última revisión de las normas inglesas para combatir el coronavirus, el gobierno de Boris Johnson ha anunciado que quienes den positivo en el test de Covid-19 ya no están obligados legalmente a autoaislarse, aunque se sigue recomendando para proteger a los demás.
A partir del 24 de febrero de 2022, se suprimió el requisito anterior de que los enfermos estuvieran en cuarentena durante al menos cinco días y sólo salieran después de dar negativo en dos pruebas posteriores, lo que pone fin a las últimas restricciones sociales de Gran Bretaña en respuesta a la pandemia.
Antes de pasar a la política más pragmática del gobierno de “Vivir con Covid”, que hace recaer la responsabilidad en los individuos y no en el Estado, el secretario de salud Sajid Javid había reducido el periodo de autoaislamiento de siete a cinco días, ya que la ola de infecciones de Omicron que azotó al Reino Unido en diciembre y se disparó durante el Año Nuevo no se tradujo, afortunadamente, en las hospitalizaciones masivas que se temían.
El cambio de la ley introducido a finales del mes pasado también supuso el fin de los pagos de ayuda para el autoaislamiento de 500 libras al mes para las personas con bajos ingresos y el rastreo rutinario de contactos, y significó que los empleados ya no tienen que notificar a sus jefes que deben entrar en cuarentena o que sus contactos cercanos ya no están obligados a realizar pruebas diarias.
El Partido Laborista y varios expertos científicos protestaron por la decisión por considerarla prematura, y el reciente abandono de las mascarillas y el distanciamiento social ha provocado, de hecho, un aumento gradual pero constante de los casos de Covid a principios de marzo.
El gobierno informó que 399.820 personas habían dado positivo en los últimos siete días, el 11 de marzo, lo que supone un aumento del 56,3% de una semana a otra.
Mientras tanto, se siguen identificando nuevas subvariantes del Covid, incluida una conocida como Omicron BA.2 (o “Deltacron”), que el antiguo epidemiólogo de la Organización Mundial de la Salud, el profesor Adrian Esterman, ha advertido que es casi tan infecciosa como el sarampión.
Cuando se le preguntó si la nueva variante suponía una amenaza, el Sr. Javid dijo: “Hay variantes que, obviamente, mantendremos bajo revisión. La más reciente que nos preocupa ha sido Omicron, pero hemos superado con éxito esta situación como país gracias a la respuesta del pueblo británico.
“También existen las llamadas subvariantes de Omicron y no nos preocupa ninguna de ellas en este momento tan importante. Lo mantenemos en revisión pero no tenemos ninguna preocupación”.
Con los ojos del mundo, comprensiblemente, puestos en la guerra de Ucrania, estos son recordatorios oportunos de que la pandemia aún no ha terminado del todo.
Si cree que ha contraído los síntomas del coronavirus, debería hacerse una prueba de flujo lateral y estar preparado para autoaislarse para evitar transmitir el virus a otras personas, aunque, según las nuevas directrices, ya no es obligatorio hacerlo.
Del mismo modo, aunque las mascarillas ya no son obligatorias en la mayoría de los entornos, sigue siendo aconsejable llevar una en espacios públicos concurridos para limitar el riesgo de exposición a la infección y evitar que otros la contraigan de usted, en caso de que sea portador sin saberlo.
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