Se ha convertido en un doloroso cliché, la referencia a Rocky en una narración de boxeo. En el caso de John Ryder, también sería un doloroso perjuicio, por mucho que él reconozca la etiqueta de no favorito que cuelga de su cuello esta semana. Sin embargo, es el propio Ryder quien hace la referencia, y los paralelismos específicos que establece son ciertamente adecuados.
Ryder, por lo que pueda pasar, no es un hombre que se deje intimidar por ningún oponente, entorno u ocasión. Eso le vendrá muy bien en la humedad de Guadalajara y en la intensidad del Estadio Akron, donde 50.000 mexicanos gritarán a favor de Canelo hasta que se les rompan las cuerdas vocales. Todo ello le vendrá muy bien a Ryder cuando suene la primera campana y comience su intento de destronar al campeón indiscutible del peso supermedio, en la ciudad natal del campeón, en uno de los días más importantes del año en México.
Ryder (32-5, 18 nocauts) es respetuoso con Canelo y realista sobre el reto que le espera en Guadalajara. Reconoce los factores que juegan en su contra, pero no se deja intimidar por ellos.
“Creo que nunca he experimentado una afición tan hostil como esta will be,” admite el púgil de 34 años. “Como cuando fui a Liverpool para la Liam pelea de Smith, la Rocky pelea de Fielding… esas fueron bastante hostiles, pero no demasiado; en la gran escala de las cosas, esta va a ser bastante hostil.
“Y hasta ahora, Canelo es el jefe de nivel, supongo. He’ll ir abajo como uno de los grandes de hoy en día. He’s esencialmente el más grande de nuestra generación. Pero si le gano, podré seguir adelante. No sé si hay retos más grandes y mejores, pero desde luego hay ganas de revancha. ¿Quién sabe quién habrá después?
Para Canelo, la respuesta a esa pregunta está mucho más clara. El púgil de 32 años sigue buscando la revancha con Dmitry Bivol, cuya victoria por decisión sobre Álvarez el pasado mayo supuso la primera derrota del mexicano en nueve años. Y aunque Canelo respondió con una victoria por puntos sobre Gennady Golovkin en septiembre, la victoria significó poco. Tal vez los modales significaron más, por tibios que fueran.En cuanto a las emociones, he estado lejos de mi familia. Les he echado de menos, y lo volveré a hacer cuando me marche de nuevo, pero’todo es en ayuda de un panorama más amplio. El boxeo es lo que utilizo para mantener a mi familia y llevar la vida que llevamos. Me paso 12 semanas seguidas en un campo de entrenamiento, encerrado durante periodos de tiempo, no salgo los fines de semana a cenar con mi mujer. Todos pagamos un precio por ello.
Sin embargo, hay una parte de Ryder que paga la cuota con alegría.
“Por mucho que la gente diga, ‘Es una persona desinteresada por hacerlo por su familia’, por el otro lado yo’soy muy egoísta,” sugiere. Si no disfrutara y me satisficiera, no lo haría”.
Ryder debe disfrutar del desafío del sábado, cuando se enfrente al mejor peso supermedio vivo. Canelo, como dice Ryder, pasará a la historia como “esencialmente el más grande de nuestra generación”.
¿Y John Ryder? Gane o pierda el sábado, ¿cómo será recordado? “Como alguien que se negó a rendirse”
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