La declaración de la renta de Trump, a debate en el Congreso

La Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, votará el martes si hace públicas las declaraciones de la renta de Donald Trump, que el expresidente ha tratado de ocultar durante mucho tiempo.

El presidente del Comité, Richard Neal, demócrata de Massachusetts, ha mantenido un estrecho control sobre las acciones del panel, incluyendo si el panel se reunirá en una sesión pública o privada. Y si los legisladores siguen adelante con sus planes de hacer públicas las declaraciones, no está claro con qué rapidez.

Pero después de una batalla de un año que finalmente resultó en el Tribunal Supremo despejando el camino el mes pasado para el Departamento del Tesoro para enviar las declaraciones al Congreso, los demócratas están bajo presión para actuar con agresividad. La comisión recibió seis años de declaraciones de impuestos de Trump y algunas de sus empresas. Y con sólo dos semanas hasta que los republicanos tomen formalmente el control de la Cámara, la reunión del martes podría ser la última oportunidad para que los demócratas revelen cualquier información que hayan espigado.

Trump ha tenido durante mucho tiempo una relación complicada con sus impuestos sobre la renta personal.

Como candidato presidencial en 2016, rompió décadas de precedentes al negarse a hacer públicos sus formularios de impuestos. Se jactó durante un debate presidencial ese año de que era “inteligente” porque no pagaba impuestos federales y más tarde afirmó que no se beneficiaría personalmente de los recortes de impuestos de 2017 que firmó como ley y que favorecían a las personas con riqueza extrema, pidiendo a los estadounidenses que simplemente le tomaran la palabra.

Los registros fiscales habrían sido una métrica útil para juzgar su éxito en los negocios. La imagen de hombre de negocios astuto era clave para una marca política perfeccionada durante sus años como imán de la prensa sensacionalista y estrella del programa de televisión “El Aprendiz”. También podían revelar cualquier obligación financiera -incluidas las deudas externas- que pudiera influir en su forma de gobernar.

Pero los estadounidenses estaban en gran parte en la oscuridad sobre la relación de Trump con el IRS hasta octubre de 2018 y septiembre de 2020, cuando The New York Times publicó dos series separadas basadas en registros de impuestos filtrados.

Los artículos de 2018, ganadores del Premio Pulitzer, mostraron cómo Trump recibió un equivalente moderno de al menos 413 millones de dólares de las participaciones inmobiliarias de su padre, con gran parte de ese dinero proveniente de lo que el Times llamó “evasiones fiscales” en la década de 1990. Trump demandó al Times y a su sobrina, Mary Trump, en 2021 por facilitar los registros al periódico. En noviembre, Mary Trump pidió a un tribunal de apelaciones que anulara la decisión de un juez de rechazar sus alegaciones de que su tío y dos de sus hermanos la defraudaron millones de dólares en un acuerdo familiar de 2001.

Los artículos de 2020 mostraron que Trump pagó solo 750 dólares en impuestos federales sobre la renta en 2017 y 2018. Trump no pagó ningún impuesto sobre la renta en 10 de los últimos 15 años porque generalmente perdió más dinero del que ganó.

Los artículos expusieron profundas desigualdades en el código tributario de Estados Unidos, ya que Trump, un reputado multimillonario, pagó poco en impuestos federales sobre la renta. Las cifras del IRS indican que el declarante medio de impuestos pagó aproximadamente 12.200 dólares en 2017, unas 16 veces más de lo que pagó el expresidente.

Los detalles sobre los ingresos de Trump por operaciones en el extranjero y los niveles de deuda también estaban contenidos en las declaraciones de impuestos, que el ex presidente ridiculizó como “noticias falsas.”

En el momento de los artículos de 2020, Neal dijo que veía un problema ético en que Trump supervisara una agencia federal contra la que también ha luchado con presentaciones legales.

“Ahora, Donald Trump es el jefe de la agencia que considera un adversario”, dijo Neal en 2020. “Es esencial que el programa de auditoría presidencial del IRS permanezca libre de interferencias”.

La oficina del fiscal del distrito de Manhattan también obtuvo copias de los registros fiscales de Trump en febrero de 2021 después de después de una prolongada lucha legal que incluyó dos viajes a la Corte Suprema.

La oficina, entonces dirigida por el fiscal de distrito Cyrus Vance Jr, había citado a la firma de contabilidad de Trump en 2019, buscando acceso a ocho años de declaraciones de impuestos de Trump y documentos relacionados.

La oficina del fiscal emitió la citación después de que el ex abogado personal de Trump, Michael Cohen, dijera al Congreso que Trump había engañado a funcionarios fiscales, aseguradoras y socios comerciales sobre el valor de sus activos. Esas acusaciones son objeto de una demanda por fraude que la fiscal general de Nueva York, Letitia James, presentó contra Trump y su empresa en septiembre.

El antiguo contable de Trump, Donald Bender, testificó en el reciente juicio penal de la Organización Trump que Trump declaró pérdidas en sus declaraciones de impuestos todos los años durante una década, incluyendocasi 700 millones en 2009 y 200 millones en 2010.

Bender, un socio de Mazars USA LLP que pasó años preparando las declaraciones de impuestos personales de Trump, dijo que las pérdidas reportadas por Trump de 2009 a 2018 incluían pérdidas operativas netas de algunos de los muchos negocios que posee a través de su Organización Trump.

La Organización Trump fue condenada a principios de este mes por cargos de fraude fiscal por ayudar a algunos ejecutivos a evadir impuestos sobre prebendas pagadas por la compañía, como apartamentos y autos de lujo.

El actual fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, dijo a The Associated Press en una entrevista la semana pasada que la investigación de su oficina sobre Trump y sus negocios continúa.

“Vamos a seguir los hechos y continuar haciendo nuestro trabajo”, dijo Bragg.

Trump, que se negó a publicar sus declaraciones durante su campaña presidencial de 2016 y sus cuatro años en la Casa Blanca mientras afirmaba que estaba bajo auditoría del IRS, ha argumentado que hay poco que extraer de las declaraciones de impuestos incluso cuando ha luchado por mantenerlas privadas.

“No se puede aprender mucho de las declaraciones de impuestos, ¡pero es ilegal publicarlas si no son tuyas!”, se quejó en su red social el pasado fin de semana.

Los republicanos, por su parte, han arremetido contra la posible publicación, argumentando que sentaría un peligroso precedente.

El representante Kevin Brady de Texas, líder republicano del Comité de Medios y Arbitrios, acusó a los demócratas del comité de “desatar una nueva y peligrosa arma política que va mucho más allá del presidente Trump, y pone en peligro la privacidad de todos los estadounidenses.”

“De ahora en adelante, los partidistas en el Congreso tienen un poder casi ilimitado para atacar a los enemigos políticos obteniendo y haciendo públicas sus declaraciones de impuestos privadas para avergonzarlos y destruirlos”, dijo Brady en un comunicado. “Instamos a los demócratas, en su prisa por apuntar al ex presidente Trump, a no desatar esta nueva y peligrosa arma política contra el pueblo estadounidense”.

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Kinnard informó desde Columbia, Carolina del Sur. Los periodistas de Associated Press Michael R. Sisak y Jill Colvin en Nueva York contribuyeron con este despacho.