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Con la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN, la lista de países “neutrales” en Europa parece estar a punto de reducirse.
Al igual que los dos países nórdicos, otras naciones se unieron a la Unión Europea por su promesa de unidad económica y política sin tomar partido en la división Este-Oeste que ha perdurado más allá del final de la guerra fría.
Pero las preocupaciones de seguridad sobre la actual invasión rusa de Ucrania cambiaron el cálculo de Finlandia y Suecia, que han defendido durante mucho tiempo la neutralidad, e hicieron que otros países tradicionalmente “neutrales” se replantearan lo que ese término significa realmente para ellos. Finlandia ha dicho que decidirá sobre el ingreso en la OTAN en los próximos días, mientras que Suecia podría seguir su ejemplo, ya que la opinión pública de ambos países nórdicos ha aumentado a favor del ingreso.
Aunque los miembros de la UE se han comprometido a defenderse mutuamente en caso de ataque exterior, el compromiso se ha quedado en gran medida sobre el papel, ya que el poderío de la OTAN eclipsa las propias nociones de defensa colectiva del bloque.
Sin embargo, Turquía podría echar un jarro de agua fría a las ambiciones de la OTAN tanto de Finlandia como de Suecia. Recep Tayyip Erdogan, presidente del miembro de la OTAN, dijo que su país “no tiene una opinión favorable” a la idea debido al supuesto apoyo del país nórdico a los militantes kurdos y a otros que Turquía considera terroristas.
“Esta es la clave de la neutralidad: Significa cosas diferentes para personas diferentes”, dijo el historiador Samuel Kruizinga, de la Universidad de Ámsterdam.
He aquí un vistazo a algunos países que han consagrado la “neutralidad” en sus leyes o que en general se consideran neutrales en el enfrentamiento entre Estados Unidos y Rusia y sus respectivas filiales. Austria, Irlanda, Chipre y Malta son miembros de la UE que no se han incorporado a la OTAN, y Suiza se ha mantenido al margen de ambas.
SUIZA
Podría decirse que es el país neutral más conocido de Europa, Suiza ha consagrado la neutralidad en su constitución y los votantes suizos decidieron hace décadas mantenerse fuera de la UE. Pero su gobierno se ha esforzado en las últimas semanas por explicar su concepto de neutralidad tras alinearse con las sanciones de la UE contra Rusia, y la neutralidad suiza se analiza casi a diario en los medios de comunicación locales estos días.
Hay pocas posibilidades de que Suiza se desvíe de su neutralidad: Su gobierno ya ha pedido a Alemania que no pase equipo militar suizo a Ucrania.
El partido populista de derechas que ocupa el mayor bloque de escaños en el parlamento se ha mostrado reticente a tomar más medidas contra Rusia, y los suizos protegen ferozmente su papel de mediadores para los estados rivales y de centro de acción humanitaria y de derechos humanos. La neutralidad ayuda a afianzar esa reputación.
AUSTRIA
La neutralidad de Austria es un componente clave de su democracia moderna: Como condición para que las fuerzas aliadas abandonasen el país y pudiese recuperar su independencia en 1955, Austria se declaró militarmente neutral.
Desde el inicio de la guerra de Rusia en Ucrania, el canciller Karl Nehammer ha mantenido un delicado equilibrio con respecto a la posición de Austria. Ha mantenido que el país no tiene planes de cambiar su estatus de seguridad, al tiempo que ha declarado que la neutralidad militar no significa necesariamente neutralidad moral, y que Austria condena enérgicamente las acciones de Rusia en Ucrania.
IRLANDA
La neutralidad de Irlanda ha sido durante mucho tiempo una zona un poco gris. El primer ministro Micheal Martin resumió la posición del país a principios de este año como: “No somos políticamente neutrales, pero sí militares”.
La guerra en Ucrania ha reabierto el debate sobre lo que significa la neutralidad de Irlanda. Irlanda ha impuesto sanciones a Rusia y ha enviado ayuda no letal a Ucrania en respuesta a la invasión.
Irlanda ha participado en los grupos de combate de la Unión Europea, como parte de los esfuerzos del bloque por armonizar sus ejércitos.
Kruizinga, que ha contribuido a una Historia de Cambridge de la Primera Guerra Mundial sobre la neutralidad, sugirió que cuanto más se parezcan los miembros de la UE y de la OTAN, mejor será para el bloque “presentarse como una potencia geopolítica”.
MALTA
La constitución de Malta dice que la pequeña isla mediterránea es oficialmente neutral, ateniéndose a una política de “no alineamiento y negándose a participar en ninguna alianza militar”. Una encuesta encargada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y publicada dos semanas antes de la invasión rusa reveló que una gran mayoría de los encuestados apoyaba la neutralidad, y sólo un 6% estaba en contra.
El periódico Times of Malta informó el miércoles de que el irlandés Higgins, durante una visita de Estado, insistió en la idea deneutralidad “positiva” y se unió al presidente maltés George Vella en la condena de la guerra en Ucrania.
CHIPRE
Las relaciones de Chipre con Estados Unidos han crecido considerablemente en la última década, pero cualquier idea de ingreso en la OTAN sigue estando fuera de la mesa, al menos por ahora.
El presidente de la nación insular, dividida étnicamente, dijo el sábado que “es demasiado pronto” para contemplar siquiera un movimiento de este tipo que invariablemente se encontraría con la fuerte oposición de su rival Turquía.
Muchos chipriotas -en particular los de la izquierda política- siguen culpando a la OTAN de la partición de facto de la isla tras la invasión de las fuerzas turcas a mediados de la década de 1970. Turquía era miembro de la OTAN en ese momento, y la alianza no hizo nada para evitar la acción militar.
Gran Bretaña, miembro incondicional de la OTAN, tiene dos bases militares soberanas en Chipre, que albergan un sofisticado puesto de escucha en la costa oriental en el que coopera personal estadounidense.
Chipre también quiere mantener un barniz de neutralidad y ha permitido que los buques de guerra rusos se reabastezcan en los puertos chipriotas, aunque ese privilegio se suspendió tras el inicio de la guerra en Ucrania.
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Menelaos Hadjicostis en Nicosia, Chipre; Jill Lawless en Londres; Emily Schultheis en Viena; y Frances D’Emilio en Roma contribuyeron a este informe.
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