Kate Mavor CBE tiene una gran habilidad con las palabras. Bibliófila por naturaleza y lingüista por formación, siempre le han gustado las buenas historias. Ahora, como directora general de English Heritage, que supervisa 6.000 años de historia inglesa y más de 400 lugares históricos -desde los túmulos neolíticos, pasando por Stonehenge, hasta el búnker de la Guerra Fría de York-, ella misma es una gran narradora.
Mavor se unió a English Heritage en 2015 desde el National Trust de Escocia (“el segundo mejor trabajo del mundo”). La organización se estaba preparando para separarse de la renovada Historic England (que asesora al gobierno en materia de listados) y “hacer su propia suerte” como organización benéfica en lugar de como departamento gubernamental, y Mavor fue contratado “para hacerlo funcionar”. Desde entonces, el número de miembros ha aumentado en un tercio, hasta superar el millón, mientras que los voluntarios han pasado de ser un puñado a más de 4.000. En la actualidad se realizan unas 300.000 visitas educativas al año (la mayoría gratuitas) y el número de visitantes anuales supera los 10 millones.
English Heritage gasta unos 20 millones de libras esterlinas al año en conservación, y Mavor tiene que ser capaz de hilar fino para conseguir esa cantidad de dinero. La financiación transitoria de una subvención del gobierno terminará en abril. Ahora, la afiliación genera un tercio de los ingresos anuales, el Fondo del Patrimonio de la Lotería Nacional apoya proyectos a gran escala, y otros donantes importantes incluyen las fundaciones Garfield Weston, Wolfson y Michael Bishop, así como benefactores como los Rausings, que en la mayor donación hasta la fecha dieron 2,5 millones de libras para la construcción del nuevo puente de Tintagel, que fue preseleccionado en 2021 para el prestigioso Premio RIBA Stirling.
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