Los científicos han descubierto que una prueba genética que se utiliza con frecuencia en el NHS también puede arrojar luz sobre si un paciente con cáncer de intestino responderá positiva o negativamente a la quimioterapia.
Investigadores del Instituto de Investigación del Cáncer, el Imperial College de Londres y el Instituto del Cáncer de los Países Bajos han descubierto que la prueba KRAS puede tener un uso más allá de su función actual de predecir cómo reaccionarán los pacientes al medicamento contra el cáncer cetuximab.
El profesor Nicola Valeri, catedrático honorario de oncología gastrointestinal en el Instituto de Investigación del Cáncer y el Imperial College de Londres, declaró: “Esperamos que los médicos utilicen estos datos para mejorar sin demora la atención a los pacientes con cáncer de intestino avanzado”.
“Es la primera vez que disponemos de un marcador genómico ya utilizado en la clínica que puede decirnos si el cáncer de un paciente será sensible o resistente a la quimioterapia”.
Los investigadores llegaron a los resultados tras estudiar genomas completos de 37 pacientes con cáncer de intestino avanzado que ya habían sido tratados con fármacos de trifluridina y tipiracilo como parte de la quimioterapia.
La quimioterapia puede ser un proceso doloroso y provocar efectos secundarios, y aunque se ha demostrado que es útil para algunos, otros no reportan ningún beneficio.
Por este motivo, los científicos esperan dar un paso adelante en la detección de cómo responderá un individuo, que es donde entró en juego la prueba KRAS. A partir de esta prueba, los investigadores descubrieron que las personas con la mutación genética KRASG12 tenían menos probabilidades de sobrevivir al tratamiento con trifluridina/tipiracilina.
El resultado fue confirmado por los datos de otros 960 pacientes de 36 centros de todo el Reino Unido, lo que llevó a los científicos a la parte final del proceso. En ella se analizaron los datos del ensayo RECOURSE y se observó que los pacientes con la mutación KRASG13, a diferencia de los que tenían 12, vieron triplicado su tiempo de supervivencia de 2,9 meses sin tratamiento a 8,7 meses habiéndolo recibido.
Este hallazgo se contrapuso al tratamiento en pacientes con KRASG12 que no obtuvieron ningún beneficio, ya que tanto los pacientes que recibieron placebo como los tratados sobrevivieron una media de seis meses más.
Los investigadores descubrieron que los pacientes sin mutaciones en KRAS vieron aumentar su esperanza de vida en unos dos meses tras recibir tratamiento en comparación con los que recibieron placebo.
En resumen, el equipo señaló que los hallazgos revelaron que los pacientes con mutaciones en KRASG12 -que representan algo menos del 30% de todos los pacientes con cáncer de intestino- no se benefician de trifluridina/tipiracilo. Sin embargo, los que carecen de mutaciones en KRAS pueden beneficiarse de trifluridina/tipiracilo, y los que tienen una mutación en KRASG13 es probable que se beneficien, añadieron.
Según el profesor Valeri: “Para algunos pacientes será difícil descubrir que este fármaco de última línea no les beneficiará, pero esta prueba significará que podrán evitar efectos secundarios innecesarios y tener una mejor calidad de vida con un cáncer avanzado”.
“Afortunadamente, nuestros hallazgos también revelan un grupo de pacientes que ven beneficios sustanciales al tomar este tipo de quimioterapia.”
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