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Los ingresos disponibles de los hogares se verán reducidos durante los próximos dos años, según ha advertido el Banco de Inglaterra, ya que la inflación se dirige hacia el 7,25 por ciento en abril, el nivel más alto desde principios de la década de 1990.
El banco central elevó el jueves su tipo de interés clave al 0,5% y recortó su previsión del PIB para 2022 al 3,75%, frente al 5,0% previsto. Esto a pesar de una recuperación relativamente rápida del impacto de la variante Omicron de Covid-19.
La renta disponible, es decir, el dinero que queda después de pagar los impuestos y tener en cuenta las subidas de precios, se reducirá un 2% sólo este año, el peor golpe en más de tres décadas de datos.
Es peor que el recorte de 2008 y 2011 tras la crisis financiera, y sólo es la tercera vez desde 1990 que la renta disponible se reduce.
Esta presión sobre los presupuestos de los hogares frenará el gasto de los consumidores y actuará como un freno para el ritmo de crecimiento del PIB, que se espera que “se ralentice hasta alcanzar tasas moderadas” en los próximos años, con una media de sólo el 1% en 2023 y 2024.
Mientras tanto, el crecimiento de los salarios continuará a la zaga de la inflación, alcanzando algo menos del 5 por ciento a finales de año, antes de relajarse a medida que el mercado laboral se enfríe. El desempleo aumentará hasta el 5% en 2024.
Se produce en un momento en el que los políticos se afanan por hacer frente a la crisis del coste de la vida, en medio de la escalada de los precios mundiales, sobre todo de la energía, que han subido mucho en los últimos meses.
El hogar medio se enfrenta a un aumento en las facturas de energía de 693 libras a 1.971 libras, según Ofgem, el regulador energético que anunció el nuevo límite de precios que se introducirá a partir de abril de este año.
El canciller, Rishi Sunak, anunció el jueves un paquete de medidas para aliviar la presión sobre los consumidores por el aumento de las facturas. Sin embargo, el detalle de estas medidas, que supondrán la entrega de unas 350 libras a la mayoría de los hogares, no se incluyó en las previsiones del Banco.
Una de las razones por las que el banco central espera que se frene el crecimiento del PIB es que el aumento de los precios mermará el poder adquisitivo de los consumidores. Aun así, se espera que la economía británica recupere su nivel anterior a la pandemia a finales de marzo.
Sin embargo, el impacto de una economía lenta se dejará sentir en el mercado laboral en los próximos años, según el Banco de Inglaterra. Si bien el desempleo volverá a caer a los mínimos prepandémicos a corto plazo, volverá a subir a medida que el crecimiento se enfríe, hasta alcanzar el 5% en 2024.
El Banco de Inglaterra prevé que pasarán unos tres años antes de que la inflación se sitúe en el rango objetivo del banco central del 2%.
Los responsables de la política monetaria están divididos en cuanto a la subida del tipo de interés básico del Banco. Mientras que cinco votaron a favor de aumentar el tipo de interés clave en 0,25 puntos porcentuales, hasta el 0,5 por ciento, cuatro habrían aumentado el tipo clave aún más, en 0,5 puntos porcentuales, hasta el 0,75 por ciento.
Los responsables de la fijación de los tipos también acordaron dejar que una medida clave de apoyo económico, la flexibilización cuantitativa, comience a reducirse al detener su reinversión en bonos.
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