Mantenerse en forma y activo a lo largo de la vida es la mejor forma de evitar la demencia

Mantenerse activo durante toda la vida adulta podría ayudar a prevenir la demencia, aunque incluso pequeñas sesiones de ejercicio podrían ser útiles, según sugiere una investigación.

Un estudio a largo plazo ha descubierto que las personas que hacen ejercicio a medida que envejecen tienen más probabilidades de gozar de buena salud cerebral que las que practican una actividad durante periodos más cortos pero luego la abandonan.

Sin embargo, la investigación sugiere que incluso empezar a hacer ejercicio a los 60 años es mejor que no hacer nada para mejorar la función cognitiva.

El estudio, dirigido por un equipo del University College de Londres (UCL), examinó los datos de 1.417 personas (53% mujeres) que rellenaron encuestas sobre la cantidad de ejercicio que hacían.

Las encuestas se realizaron cinco veces a lo largo de la edad adulta, cuando las personas tenían 36, 43, 53, 60-64 y 69 años.

Aunque la pregunta cambiaba ligeramente en cada evaluación, en general se preguntaba a las personas: “En las últimas cuatro semanas, en su tiempo libre, ¿ha practicado algún deporte o actividad de ocio vigorosa o ha realizado algún ejercicio, como bádminton, natación, ejercicios de acondicionamiento, yoga, flexiones, baile, fútbol, montañismo, footing o caminatas enérgicas durante 30 minutos o más?”.

Si la respuesta era afirmativa, se les preguntaba con qué frecuencia al mes realizaban estas actividades.

A continuación, se clasificó a las personas como no activas (sin actividad física en un mes), moderadamente activas (de una a cuatro veces al mes) y muy activas (cinco o más veces al mes).

Una vez cumplidos los 69 años, se realizaron pruebas cognitivas y de velocidad de procesamiento y memoria.

El estudio descubrió que las personas que realizaban actividad física al menos entre una y cuatro veces al mes en las cinco encuestas realizadas obtuvieron los mejores resultados en las pruebas.

Este efecto era mayor que el de las personas que hacían ejercicio con frecuencia (más de cinco veces al mes) durante al menos un periodo de la encuesta, pero que no necesariamente lo mantenían a lo largo de varias etapas de la vida.

Los autores concluyeron: “Ser físicamente activo en todos los momentos de la edad adulta se asoció con un mayor rendimiento cognitivo y puntuaciones de memoria verbal a los 69 años”.

“En particular, los tamaños de los efectos fueron similares en todas las edades adultas, y para aquellos que eran moderadamente o muy activos físicamente, lo que sugiere que ser físicamente activo en cualquier momento de la edad adulta, incluso si se participa tan poco como una vez al mes, está vinculado con una mayor cognición.

“Sin embargo, la mayoría de los efectos se observaron en quienes mantuvieron la actividad física a lo largo de la edad adulta”.

La autora principal, la Dra. Sarah-Naomi James, añadió: “Nuestro estudio sugiere que realizar cualquier actividad física de ocio, en cualquier momento de la vida adulta, tiene un efecto positivo sobre la cognición.

“Esto parece ser así incluso con niveles ligeros de actividad, entre una y cuatro veces al mes.

“Es más, las personas que nunca han sido activas antes, y luego empiezan a serlo a los 60 años, también parecen tener una mejor función cognitiva que las que nunca fueron activas.

“El mayor efecto cognitivo se observó en quienes se mantuvieron físicamente activos durante toda su vida.

“El efecto es acumulativo, por lo que cuanto más tiempo permanezca activo un individuo, más probabilidades tendrá de tener una función cognitiva superior más adelante en la vida”.

En el estudio, los participantes realizaron varias pruebas cognitivas a los 69 años, incluido el Examen Cognitivo de Addenbrooke, que se utiliza para detectar el deterioro cognitivo.

Las personas también realizaron una prueba de aprendizaje de palabras y una prueba de velocidad de procesamiento visual, en la que se les pedía que tacharan todas las instancias de una letra concreta en una página de texto.

Alrededor del 11% de las personas que participaron en el estudio hacían ejercicio en los cinco momentos de la edad adulta, el 17% eran activas en uno, el 20% en dos y tres, el 17% en cuatro y el 15% en los cinco.

El estudio, publicado en la revista Journal of Neurology,Neurocirugía y Psiquiatría, descubrió que parte de la relación entre el ejercicio y la salud cerebral se explicaba por la educación, los logros en la infancia y el entorno socioeconómico, aunque el efecto seguía siendo significativo incluso cuando se tenían en cuenta estos factores.

Según el sitio web del NHS, aunque no existe una forma segura de prevenir todos los tipos de demencia, el ejercicio, seguir una dieta sana y equilibrada, mantener un peso saludable, mantener la tensión arterial bajo control y dejar de fumar pueden ayudar.

En palabras de la Dra. Susan Mitchell, responsable de políticas de Alzheimer’s Research UK: Este amplio estudio, realizado a lo largo de tres décadas y cofinanciado por Alzheimer’s Research UK, demuestra que nunca es demasiado tarde para empezar a ser activo, y lo importante que es intentar mantenerlo durante toda la vida”.

“Fundamentalmente, proporciona pruebas sólidas de que cuanto más activos físicamente somos, mayores son los beneficios para nuestra salud cerebral”.