Justin King se unió a la junta de Allwyn Entertainment esta semana. “¿Y?” Les oigo gritar. Al fin y al cabo, a King -ex director general estrella de J Sainsbury, responsable de la transformación del grupo de supermercados- no le faltan opciones.
Porque Allwyn es el postor preferido para conseguir el contrato de la Lotería Nacional. Si Allwyn gana, King se convierte en su presidente. Porque si yo quisiera conseguir el premio gordo y buscara impresionar, y si fuera un recién llegado al Reino Unido, y tuviera una empresa hermana con vínculos con Europa del Este y Rusia, y supiera que estaría sometido al más intenso escrutinio de la prensa y la política, me gustaría que King dirigiera mi equipo. Al igual que me gustaría tener a Lord (Sebastian) Coe y a Sir Keith Mills en mi esquina.
Los tres desempeñaron un papel fundamental en la espectacular puesta en escena de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012. El trío de pesos pesados participa ahora en la asistencia a Allwyn. Mills dirigió la candidatura, y Coe es director. Saben cómo hacer las cosas, y son expertos en manejar las palancas de influencia en Westminster, Whitehall y los medios de comunicación.
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