Se avecina un impago ruso, parte del castigo que Vladimir Putin está imponiendo a su propio pueblo

Io sólo Vladímir Putin ha tenido tiempo de sobra para preparar su próximo movimiento tras la anexión ilegal de Crimea en 2014.

Las instituciones financieras occidentales también lo hicieron. Puede que no esperaran que esto acabara implicando una invasión de Ucrania. Pero vieron cómo soplaba el viento, aunque las sanciones iniciales que se impusieron fueran tibias, y tomaron medidas para reducir su exposición al país. En ese sentido, fueron bastante más agudos que algunos gobiernos occidentales.

El inminente impago ruso es técnicamente más grave que el que se produjo en 1998 bajo el mandato de Boris Yeltsin, ya que parece que se trata de deuda denominada en moneda extranjera además de en rublos. El intento de pagar los cupones en esta última moneda no será aceptado por los tenedores de bonos denominados en dólares o euros. Se considerará un impago si este es el camino que elige la nación.