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Una mujer de Dakota del Sur que fue condenada el año pasado por la muerte de su hijo recién nacido en 1981 ha salido de la cárcel después de menos de tres meses.
Theresa Bentaas, de 60 años, fue condenada a 10 años entre rejas, de los cuales nueve fueron suspendidos por un juez, tras declararse culpable en diciembre de 2021 de homicidio en primer grado por la muerte del bebé Andrew.
Se presentó en la cárcel el 15 de enero y se le concedió la libertad condicional el 17 de marzo, y aunque no fue liberada inmediatamente, el Departamento Correccional de Dakota del Sur ha confirmado que ya está en libertad.
El bebé recién nacido “Andrew John Doe” fue encontrado envuelto en una manta en una zanja en Sioux Falls, Dakota del Sur, el 28 de febrero de 1981 después de que el bulto fuera visto por un automovilista, pero cuando los agentes llegaron al lugar el bebé estaba muerto.
La autopsia determinó que el recién nacido había muerto probablemente por exposición y por no haberle ayudado a mantener las vías respiratorias durante el parto.
La investigación sobre la muerte del bebé y el intento de identificar a sus padres se mantuvo fría durante casi cuatro décadas antes de que se produjera una ruptura en el caso.
El detective del Departamento de Policía de Sioux Falls, Mike Webb, reabrió el caso para intentar obtener pruebas de ADN para su análisis, después de enterarse de que todas las pruebas anteriores que se podían analizar habían sido destruidas en 1995, según los documentos judiciales.
El cuerpo del bebé Andrew fue exhumado en 2009 y enviado al Centro Científico de la Universidad del Norte de Texas para extraer el ADN de los huesos y los tejidos, pero no se encontraron coincidencias genéticas.
Las muestras de ADN se analizaron cada año sin que se encontrara ninguna coincidencia, pero con los avances tecnológicos que se estaban produciendo en este campo, se enviaron en 2019 a Parabon NanoLabs, Inc, que encontró dos posibles coincidencias genéticas.
Los investigadores utilizaron esas coincidencias para crear un árbol genealógico que condujo a Theresa Bentaas y Dirk Bentaas, quienes vivían juntos en Sioux Falls.
La policía de Sioux Falls se incautó entonces de una colilla de cigarrillo, cerveza y recipientes de agua de la basura de su casa, y el ADN femenino de las pruebas “no podía excluirse que fuera de la madre biológica de Baby Doe”, según los documentos judiciales.
Durante una audiencia de libertad condicional en marzo, Bentaas, que tenía 19 años cuando dio a luz al bebé, fue preguntada por la junta si su hijo había estado vivo cuando dejó su cuerpo fuera.
“No se movía. No respiraba. No estaba vivo”, les dijo.
Sus abogados defensores dijeron previamente al tribunal que su cliente no sabía que estaba embarazada hasta que el bebé nació y que no respiraba después del parto.
El tribunal escuchó que los registros médicos muestran que ella no buscó tratamiento para el embarazo antes del nacimiento.
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