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Las madres que ganan demasiado peso durante el embarazo pueden aumentar el riesgo de que su bebé sufra problemas cardíacos en el futuro, según sugiere un nuevo estudio.
Los resultados de un estudio publicado en The Journal of Physiology muestran que el corazón de un bebé está “programado” por los nutrientes que recibe mientras es un feto.
El autor principal del estudio, el Dr. Owen Vaughan, dijo: “Nuestra investigación indica un mecanismo que relaciona la obesidad materna con las enfermedades cardiometabólicas en la siguiente generación”.
“Esto es importante porque la obesidad está aumentando rápidamente en la población humana y afecta a casi un tercio de las mujeres en edad fértil”, dijo el Dr. Vaughan
Los resultados sugieren que los corazones de los fetos de las mujeres obesas son más grandes, pesan más, tienen paredes más gruesas y muestran signos de inflamación. Esto afecta a la capacidad del órgano para bombear la sangre por el cuerpo de forma eficaz.
El estudio fue realizado en ratones por científicos estadounidenses de la Universidad de Colorado. Los investigadores utilizaron un modelo de ratón que reproduce la fisiología materna humana y el modo en que se transportan los nutrientes alrededor de la placenta en las mujeres embarazadas.
Un grupo de ratones hembra fue alimentado con una dieta grasa -equivalente a la de un humano que come regularmente una hamburguesa, patatas fritas y una bebida gaseosa- hasta que se volvieron obesos y engordaron una cuarta parte de su peso corporal.
Otro grupo de ratones siguió una dieta normal.
Se estudiaron las crías de ratón en el vientre materno cuando tenían tres, seis y nueve meses de edad, y luego de nuevo cuando tenían dos años.
Los investigadores descubrieron que los hijos e hijas de madres obesas tenían una función cardíaca deteriorada, pero también observaron las diferencias en la rapidez con la que empezaban estos problemas.
Por ejemplo, los varones tenían problemas desde el principio, mientras que la función cardíaca de las mujeres empeoraba progresivamente a medida que envejecían. Los investigadores afirman que esta discrepancia podría deberse a las diferencias en los niveles de estrógeno.
Los niveles de estrógeno más altos en las mujeres jóvenes pueden proteger la salud cardiovascular, pero esta protección disminuye cuando los niveles de estrógeno se reducen.
Según los investigadores, aún no se conoce la causa molecular de esta diferencia entre sexos.
Si los hallazgos en ratones pueden aplicarse a los humanos, el descubrimiento podría allanar el camino hacia nuevos tratamientos pioneros para los hijos de madres obesas.
“Al mejorar nuestra comprensión de los mecanismos implicados, esta investigación allana el camino para tratamientos que podrían utilizarse en las primeras etapas de la vida para prevenir enfermedades cardiometabólicas posteriores, que son costosas para los servicios de salud y afectan a la calidad de vida de muchas personas”, dijo el Dr. Vaughan
El Dr. Vaughan añadió que los hallazgos del estudio también ayudarán a ofrecer consejos de nutrición adaptados a las madres o a los niños en función de su índice de masa corporal o su sexo, o a desarrollar nuevos fármacos dirigidos al metabolismo del corazón del feto.
SWNS
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