Un hombre en España que fue picado por una garrapata ha sido hospitalizado y se le ha diagnosticado fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, una enfermedad que puede matar hasta el 40% de las personas que la contraen.
El paciente ingresó primero en un hospital local de la ciudad noroccidental de León. Después fue trasladado a otro hospital en un avión militar, según informó el jueves el Ministerio de Defensa español.
“Tiene una picadura de garrapata y permanece en estado estable, a pesar de la gravedad clínica que supone esta patología”, dijeron las autoridades sanitarias de la región de Castilla y León en un comunicado.
La enfermedad vírica se da principalmente en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia y más raramente en Europa.
En Europa, los casos se han limitado hasta ahora a los Balcanes, Rusia, España y Turquía, según el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).
Se han notificado algunos casos en el Reino Unido, y el último, en marzo de este año, afectó a una mujer que había viajado a Afganistán. El suyo es el tercer caso conocido en el Reino Unido – después de los casos de 2012 y 2014, que no se propagaron a nadie más.
La enfermedad se detectó por primera vez en Crimea en 1944. Tiene una tasa de mortalidad de entre el 10% y el 40%, con una tasa de mortalidad global del 30% – según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según la OMS, el virus se transmite entre personas por contacto estrecho con sangre o fluidos corporales.
Una picadura de garrapata o el contacto con sangre o tejidos de animales infectados también pueden transmitir la enfermedad.
La garrapata Hyalomma, principal portadora de la enfermedad, no está establecida en el Reino Unido y no se ha encontrado el virus en garrapatas autóctonas del país.
La gran mayoría de los casos de FHCC son leves o asintomáticos. Pero los síntomas pueden incluir fiebre, hemorragias por rotura de capilares en los ojos y la piel, sensibilidad a la luz, dolor muscular, mareos, vómitos, hemorragias nasales, hematomas y dolor de garganta en las primeras fases, lo que podría provocar un fallo orgánico y hemorragias internas.
España detectó su primer caso de FHCC en 2011. En 2016, un hombre español murió tras ser diagnosticado con la enfermedad después de una picadura de garrapata.
En 1969, unos 25 años después de que se detectara por primera vez en Crimea, los patólogos descubrieron que la enfermedad era la misma que se había identificado en el Congo en 1956. Los nombres de los lugares se combinaron entonces para dar el nombre al virus.
Actualmente, la enfermedad en un paciente se maneja con medicamentos antivirales, pero no existe un antiviral específico para la FHCC ni una vacuna aprobada.
La prevención, el diagnóstico precoz y el aislamiento del paciente de los demás en los centros sanitarios son las únicas formas de evitar la propagación del virus, según la OMS y el ECDC.
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