Las ambulancias del noreste del país acuden con frecuencia a urgencias sin los medicamentos necesarios para salvar vidas, según un demoledor informe de inspección.
La mala gestión de los medicamentos en North East Ambulance Service NHS Trust (NEAS) potencialmente poner a los pacientes en riesgo como paramédicos respondieron a las llamadas sin drogas como la morfina y la medicación anticonvulsiva, la Comisión de Calidad del Cuidado (CQC) encontró.
Se encontraron bolsas de medicamentos mal etiquetadas en las ambulancias y se denunciaron “numerosos incidentes” de medicamentos desaparecidos que no se encontraban.
La inspección descubrió que los servicios habían empeorado y rebajó su calificación de la atención urgente de NEAS a “inadecuada”.
En respuesta, NEAS dijo que se había enfrentado a un año de “presiones sin precedentes”. Tras la inspección no anunciada de septiembre, el centro recibió un aviso de advertencia.
La CQC examinó el liderazgo de la fundación, la atención de emergencia, el centro de operaciones de emergencia (EOC) y el servicio NHS 111.
El informe dejó al descubierto un declive en los estándares en todos los ámbitos desde la última inspección en 2018:
- NEAS Trust – bajó de “bueno” a “requiere mejora”
- Atención de urgencias y emergencias – bajó de “bueno” a “inadecuado”
- Servicio NHS 111 – de “bueno” a “requiere mejoras”.
- EOC – baja de “bueno” a “requiere mejoras”.
- Calificación de bien dirigido rebajada a “inadecuado”
Sarah Dransfield, subdirector de operaciones de CQC en el norte, dijo: “Cuando inspeccionamos NEAS NHS Foundation Trust encontramos un deterioro en los servicios que se prestan, especialmente en la atención urgente y de emergencia donde esto tenía potencial para que las personas se colocan en riesgo de daño.
“Fue particularmente preocupante que el personal no siempre tuviera acceso a los medicamentos críticos necesarios para tratar a los pacientes y que algunas tripulaciones no tuvieran tiempo para completar los controles de medicamentos de los vehículos, lo que provocó retrasos en el tratamiento.”
En una encuesta realizada al personal para la inspección, los trabajadores afirmaron sentirse presionados y no sentirse apoyados ni valorados. Algunos dijeron que se sentían incómodos a la hora de plantear sus preocupaciones por miedo a ser culpados o a represalias.
El informe también criticaba la dirección del centro, destacando la falta de sistemas eficaces para recabar la opinión de los trabajadores de urgencias y actuar en consecuencia.
“Nos preocupaba que la fundación no siempre investigara a fondo los incidentes y que pudiera haber tomado decisiones basándose en información limitada, lo que reducía la capacidad de extraer enseñanzas y evitar que se repitieran”, declaró Dransfield.
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