Rusia ha sido acusada de provocar un “verdadero infierno” en el corazón industrial del este de Ucrania este fin de semana, ya que se ha registrado una avalancha de bombardeos y numerosas muertes de civiles en el sur y el este del país.
A pesar de las evaluaciones de que las fuerzas de Vladimir Putin estaban haciendo una pausa operativa después de tomar la ciudad de Lisychansk, el último gran bastión de la resistencia ucraniana en la región de Luhansk, esto fue descartado por el gobernador de la región Serhyi Haidai el sábado.
Las fuerzas de Moscú “siguen atacando y bombardeando nuestras tierras con la misma intensidad que antes”, dijo Haidi, afirmando después que los bombardeos rusos de Luhansk se habían detenido porque las fuerzas de Kiev habían destruido los depósitos de municiones y los cuarteles en poder de los rusos.
Rusia lanzó más de 20 ataques de artillería, morteros y cohetes sobre la región durante la noche y sus fuerzas estaban presionando hacia la frontera con la región de Donetsk, dijo Haidai en Telegram.
Describió la embestida como un “verdadero infierno”, añadiendo: “Estamos tratando de contener las formaciones armadas de los rusos a lo largo de toda la línea del frente”.
Mientras tanto, la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, instó a los residentes de algunas zonas del sur de las regiones de Kherson y Zaporizhzhia a evacuar para que Moscú no pudiera utilizarlos como escudos humanos durante una contraofensiva ucraniana.
“Tienen que buscar la manera de salir, porque nuestras fuerzas armadas vienen a desocupar”, dijo Vereshcuk. “Habrá una lucha masiva”.
La Sra. Vereshcuk dijo que se estaba llevando a cabo una evacuación de civiles en esas regiones, pero se negó a dar más detalles, citando los temores de seguridad.
Seguía sin estar claro cómo se esperaba que los civiles abandonaran de forma segura las zonas controladas por Rusia mientras continuaban los ataques con misiles y los bombardeos de artillería en las zonas circundantes, y si se les permitiría salir o incluso escuchar el llamamiento del gobierno.
El número de muertos civiles siguió aumentando como consecuencia de los bombardeos en el sur y el este, según funcionarios ucranianos.
Cinco personas murieron y otras ocho resultaron heridas en los bombardeos rusos de Siversk y Semyhirya, en la región de Donetsk, el viernes, según su gobernador, Pavlo Kyrylenko.
En la cercana ciudad de Sloviansk, señalada como probable próximo objetivo de la ofensiva rusa, los rescatistas sacaron a un hombre de 40 años de los escombros de un edificio destruido el sábado por los bombardeos, y Kyrylenko dijo que había varias personas bajo los escombros.
Los misiles rusos también mataron a dos personas e hirieron a otras tres el sábado en la ciudad sureña de Kryvyi Rih, según las autoridades de la región oriental de Dnipropetrovsk, y el gobernador Valentyn Reznichenko acusó a Moscú de haber “atacado deliberadamente zonas residenciales.”
El alcalde de la ciudad, Oleksandr Vilkul, alegó que se habían utilizado municiones de racimo e instó a los residentes a no acercarse a objetos desconocidos en las calles. El sábado por la noche se registraron más explosiones.
En su discurso nocturno en vídeo, el Sr. Zelensky dijo: “Sólo en este día, Rusia golpeó Mykolaiv, Kharkiv, Krivyi Rih, pueblos de la región de Zaporizhzhia. Golpeó zonas residenciales, de forma absolutamente consciente y a propósito… Durante días, los brutales ataques de la artillería rusa no cesan.
“Tal acción terrorista puede ser detenida sólo con armas – modernas y poderosas”.
La policía nacional ucraniana también ha anunciado la apertura de una investigación penal sobre la supuesta destrucción de cultivos por parte de los militares rusos en la región de Kherson, en el sur del país, acusando a las fuerzas de Moscú de destruir graneros y equipos agrícolas, y de impedir a los residentes la extinción de incendios.
“Todos los días se producen incendios a gran escala, ya se han quemado cientos de hectáreas de cultivos de trigo, cebada y otros cereales”, dijo la policía.
Las acusaciones se produjeron cuando un nuevo informe de las Naciones Unidas determinó que las fuerzas armadas de Ucrania tienen una gran -y quizás igual- parte de la culpa por un ataque mortal contra un hogar de ancianos en Luhansk, dos semanas después de que comenzara la invasión rusa.
Unos días antes del ataque, los soldados ucranianos tomaron posiciones dentro de la residencia de ancianos, convirtiendo el edificio en un objetivo.
El informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos no concluyó que los soldados ucranianos o los combatientes separatistas respaldados por Moscú hubieran cometido un crimen de guerra, pero advirtió que la batalla en la residencia de ancianos de Stara Krasnyanka era emblemática de la preocupación por el posible uso de “escudos humanos” para impedir las operaciones militares en determinadas zonas.
Al menos 22 de los 71 pacientes sobrevivieron al asalto, pero se desconoce el número exacto de muertos, según la ONU.
Información adicional de AP
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