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Una ciudad alemana ha prohibido el agua caliente y la calefacción en los edificios públicos después de que Rusia haya cortado el suministro de gas al país.
La drástica medida de Hannover -que también afectará a piscinas, pabellones deportivos y gimnasios- se produce después de que Vladimir Putin redujera el flujo de gas al país en un 20%.
Los residentes de la ciudad ya han comenzado a tomar duchas frías, ya que el alcalde de la ciudad, Belit Onay, dijo que tienen que reducir el consumo de energía en un 15% debido a la “inminente escasez de gas”.
“La situación es imprevisible, como han demostrado los últimos días”, dijo. “La capital del estado sigue intentando prepararse lo mejor posible. Lo vemos como nuestra responsabilidad y tenemos que avanzar. Cada kilovatio hora ahorrado protege el almacenamiento de gas”.
Aunque Hannover es la primera ciudad que experimenta la restricción, más ciudades de Alemania seguirán su ejemplo, ya que entre abril y septiembre de cada año se producirá una importante reducción del uso del gas.
Los termostatos de los residentes se ajustarán a sólo 20C durante el resto del año -con algunas excepciones- y no habrá agua caliente ni calefacción en ningún edificio público durante los meses seleccionados.
En las últimas semanas, los responsables de Alemania y otros Estados miembros de la UE han empezado a hablar abiertamente y con urgencia de la necesidad de reducir inmediatamente el consumo antes de la temporada alta de calefacción en invierno.
También han empezado a planificar públicamente la asignación obligatoria, incluyendo el racionamiento y la priorización entre los usuarios industriales, así como el reparto entre los Estados miembros en caso de que no haya suficiente gas para abastecer a todos.
El regulador de la red alemana, Klaus Mueller, confirmó la reducción: “El gas forma parte ahora de la política exterior rusa y, posiblemente, de la estrategia bélica rusa”, dijo Mueller a la radio Deutschlandfunk.
Recientemente, Rusia representaba alrededor de un tercio de los suministros de gas de Alemania.
El gobierno dijo la semana pasada que la caída de los flujos de gas confirmaba que Alemania no puede depender de las entregas rusas, y anunció que aumentaría sus necesidades de almacenamiento de gas y tomaría más medidas para conservar los suministros.
La capital alemana, Berlín, ha comenzado a apagar los focos que habitualmente iluminan los monumentos históricos de la ciudad en un intento de ahorrar energía.
Incluso monumentos y atracciones turísticas como la Ópera Estatal y el Palacio de Charlottenburg se mantendrán a oscuras en el nuevo esfuerzo nacional de conservación.
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