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Una trabajadora doméstica etíope en Líbano acusa a su empleador de esclavitud en un caso histórico

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Una trabajadora doméstica migrante ha llevado a su antiguo empleador y a una agencia de contratación ante los tribunales de Líbano por acusaciones de esclavitud y comercio de esclavos, en el primer caso penal de este tipo en Oriente Medio.

La demandante -una mujer etíope de 40 años identificada únicamente como MH- afirma que fue explotada y tratada como una esclava por las personas para las que trabajaba, alegando que se la hacía trabajar en exceso, se le pagaba mal, se la atrapaba en el interior y se la golpeaba.

Un juez de Baabda presidió el jueves la última vista del caso.

Los grupos de derechos humanos llevan mucho tiempo luchando contra el trato abusivo que reciben los trabajadores migrantes en la región, comparando el sistema de kafala (o patrocinio) utilizado en Líbano y el Golfo con la esclavitud moderna.

En este sistema, los inmigrantes están atrapados y son vulnerables a los abusos: no pueden cambiar de trabajo ni marcharse sin el permiso de su empleador, que a menudo les retiene los documentos de viaje.

Aunque ya se han interpuesto demandas civiles para recuperar los salarios impagados, es la primera vez que un trabajador de la región inicia un proceso penal por esclavitud.

Por ello, el caso ha sido acogido con satisfacción por los grupos de derechos internacionales, que han afirmado que podría sacar a la luz los abusos “sistémicos” dentro del sistema de Kafala que esperan abolir.

El grupo londinense Legal Action Worldwide (LAW) representa al demandante, que regresó a Etiopía en 2019. Los abogados de LAW dijeron que el caso podría tener “enormes ramificaciones legales”.

Si los acusados son declarados culpables, dijeron que sentaría un precedente “en el Líbano y en todo Oriente Medio” y potencialmente abriría la puerta a la reparación legal para muchos otros.

La demandante alega que durante su empleo estuvo completamente aislada del mundo, encerrada en un apartamento todo el día y la noche, y obligada a trabajar 15 horas al día durante siete días a la semana, mientras era golpeada, insultada y amenazada.

Uno de los acusados, su empleador May Saade, asistió a la sesión del jueves en el Palacio de Justicia de Baabda (Monte Líbano), pero no se refirió a las acusaciones de esclavitud. Saade pidió un plazo para asignar un abogado y preparar su defensa.

La directora del programa de Líbano de LAW, Fatima Shehadeh, dijo que el caso “tiene el potencial de ser innovador”.

“Estamos argumentando que las circunstancias en las que vivía constituyen esclavitud, comercio de esclavos y tortura, discriminación racial y de género”, dijo.

“Si tiene éxito, abrirá la puerta para que muchos miles de trabajadores migrantes que viven en circunstancias similares en todo Oriente Medio se animen a buscar sus derechos”.

Human Rights Watch (HRW) acogió con satisfacción el procedimiento judicial, afirmando que podría contribuir a poner de manifiesto los problemas sistémicos inherentes al sistema de Kafala.

“Durante muchos años hemos tenido declaraciones de las autoridades diciendo que el sistema no es el problema, sino más bien unos pocos malos empleadores que dan mala fama al Líbano”, dijo Aya Majzoub, investigadora de HRW en el Líbano, autora de un extenso informe sobre el tema.

“Esperemos que este caso demuestre que el sistema de Kafala es intrínsecamente abusivo y explotador y, en algunos casos, equivale a los abusos más graves de la esclavitud y la trata de esclavos.”

Los trabajadores migrantes llevan mucho tiempo sufriendo abusos en los países en los que se aplica el problemático sistema de Kafala, pero sus condiciones no han hecho más que empeorar con la recesión económica y los cierres de la pandemia.

En el Líbano, donde se calcula que viven unos 400.000 trabajadores domésticos inmigrantes, esto se ha visto agravado por un colapso financiero sin precedentes.

Los trabajadores domésticos migrantes no sólo no han cobrado, sino que han sido literalmente abandonados por sus empleadores a las puertas de sus embajadas. Los grupos de derechos han informado de que, en algunos casos, los empleadores han intentado incluso “recuperar” el coste de conseguir los documentos de patrocinio “vendiéndolos”.

El mes pasado, apareció en Internet un espeluznante vídeo que mostraba a un empleador libanés arrastrando a una trabajadora doméstica etíope por el pelo por la calle y golpeándola a plena luz del día.

A pesar de los abusos bien documentados, en Líbano hay pocas vías de justicia, explicó Majzoub. LAW espera que este caso cambie eso.

La familia de la demandante afirma que, tras años sin comunicación con su pariente, se puso en contacto con la comunidad etíope, activistas y abogados en Líbano para localizarla.

Finalmente la encontraron y la devolvieron a su casa en 2019.

El jueves LAW solicitó una orden de arresto para el segundo acusado, la Agencia Matta – el reclutador acusado de tráfico de esclavos, ya que no asistió a la audiencia del jueves.

El juez fueno puede dictar una orden de detención, ya que se desconoce la identidad de la persona que dirige la agencia de contratación.

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