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Cuatro personas en Inglaterra han sido diagnosticadas con la rara infección viral de la viruela del mono.
Tres de los casos se han detectado en Londres y uno en el noreste de Inglaterra, según anunció el lunes la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA).
La UKHSA ha dicho que actualmente está investigando las conexiones entre los cuatro pacientes, que se cree que la han contraído en la capital, aunque el virus se propaga principalmente a través de animales salvajes en zonas del oeste y centro de África.
Se cree que los nuevos casos no están relacionados con los dos notificados anteriormente el 14 de mayo y con otro caso aislado descubierto el 7 de mayo.
¿Qué es exactamente la viruela del mono y qué peligro representa para la población?
¿Dónde se originó la viruela del mono?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) localizó la enfermedad en las selvas tropicales de África Central y Occidental y la define como una enfermedad viral zoonótica (es decir, que puede transmitirse de los animales a los seres humanos) similar a la viruela, erradicada a su vez en 1980.
El primer caso registrado de viruela del mono se identificó en la actual República Democrática del Congo en 1970.
Aunque en un principio se habría transmitido a los humanos por contacto con la sangre o los fluidos corporales de primates contaminados (o roedores como las ardillas arborícolas y las ratas de Gambia), se trata de una enfermedad infecciosa, por lo que es mucho más probable que se contagie de otros enfermos humanos.
¿Cuáles son los síntomas?
La enfermedad tiene un periodo de incubación de seis a 16 días. En la fase inicial, los pacientes sufren primero fiebre, dolores de cabeza, hinchazón, dolor de espalda, dolores musculares y desgana general.
Una vez que la fiebre desaparece, el cuerpo del enfermo se enfrenta a una erupción cutánea, en la que se extiende un sarpullido por la cara, seguido del resto del cuerpo, más comúnmente las palmas de las manos y las plantas de los pies.
Las manchas evolucionan de lesiones a ampollas con costra, que pueden tardar tres semanas en curar y desaparecer.
El virus puede ser difícil de diagnosticar sin la ayuda de un análisis de laboratorio debido a su similitud superficial con otras afecciones que provocan una erupción, como la varicela, el sarampión, la sarna y la sífilis.
¿Qué peligro tiene?
El Dr. Colin Brown, director de infecciones clínicas y emergentes de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, dijo que la viruela del mono “no se propaga fácilmente entre las personas y el riesgo general para el público en general es muy bajo”.
Aunque esta rama del ortopoxvirus es mucho más leve que la viruela, se han registrado casos mortales, especialmente entre los jóvenes. La OMS indica que la tasa de letalidad es inferior al 10%.
En el brote de Nigeria de 2017, el mayor jamás visto, se identificaron 172 casos sospechosos de viruela del mono y se notificaron 61 casos confirmados en todo el país. El 75% de los enfermos eran hombres y tenían entre 21 y 40 años.
En la actualidad no se dispone de una vacuna ni de un tratamiento específico, pero la viruela preexistente ha demostrado ser un 85% eficaz para combatir la enfermedad.
El profesor Jimmy Whitworth, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, subrayó que aunque la viruela del mono es “normalmente leve… es una precaución sensata que aquellas personas que puedan haber estado en contacto con estos dos casos recientes [in the UK] sean rastreadas y seguidas”.
¿Cuántos casos se han detectado en el Reino Unido?
El Reino Unido es uno de los pocos países fuera de África donde se ha detectado la viruela del mono.
Las cuatro primeras infecciones fueron reportadas en Gran Bretaña en 2018 y 2019. Hubo un segundo brote en 2021, en el que tres miembros de la familia fueron diagnosticados con el virus después de viajar a Nigeria.
Los casos detectados en mayo duplican el total del Reino Unido de siete a 14.
Los actuales infectados están siendo tratados en unidades especializadas en enfermedades infecciosas del Royal Free Hospital y Guys’ and St Thomas’ en el centro de Londres y en el Royal Victoria Infirmary en Newcastle upon Tyne.
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