I Ya sé, llamémoslo el Día de la Demencia”, dijo Quayle a Elliott. O quizás fue al revés. Pero cuando Elliott se lo mencionó a su madre de 88 años en Canadá, protestó: “¿Crees que tengo demencia?”. Al final, llamaron a su aplicación digital de atención sanitaria -ganadora de un premio “Tech Innovator” de KPMG- Juegos de carril de la memoria. Por suerte, la madre de Elliott seguía velando por él.
La Sra. Elliott era “muy lista”. Pero la historia de la Sra. Quayle, de 90 años, era diferente. Había superado el cáncer y estaba “hecha de lo lindo, con un funcionamiento del corazón mejor que el mío”, dice su hijo, pero su memoria hacía tiempo que no funcionaba. “Soy informático, no tengo formación médica; lo haces lo mejor que puedes, charlas sobre las cosas, buscas puntos en común: podemos hablar de los gatos que teníamos cuando éramos jóvenes, aunque ella haya olvidado lo que había en la televisión hoy, o lo que tenía que comer”.
Para 2025 se prevé que más de un millón de personas en el Reino Unido tendrán demencia, y los expertos advierten que los casos se triplicarán en todo el mundo para 2050. Las familias están asumiendo cada vez más responsabilidades de cuidado. Actualmente no hay recetas sin efectos secundarios.
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