I prueban la hamburguesa de trufa y el curry katsu con patatas fritas, seguidos de una tarta de terciopelo rojo y un brownie. Todo vegano. Todo delicioso. Todo en la línea del deber. “La comida vegana es simplemente comida normal, pero vegana”, como dice Mikey. Estoy sentado arriba en Cocina Limpia en Camden High Road, al otro lado de la calle de Pret, almorzando con los cofundadores de Clean Kitchen Club, Mikey Pearce y Verity Bowditch, que parece que podrían ser contendientes en Love Island si no estuvieran haciendo esto.
Mikey llegó a una bifurcación en el camino al principio de la pandemia. Había sido un influencer de YouTube, pero se le había acabado el fuelle en lo que a impulsar marcas y gastar bromas se refiere. Y su peso había aumentado hasta la alarmante cifra de 18 piedras. Incluso con su 1,90 m de estatura, era un poco demasiado alto y poderoso para su comodidad. “Era un gran aficionado a los sándwiches de beicon y a las hamburguesas de carne”, admite. Volvió a la casa de su madre en Rottingdean, en Sussex, para reagruparse. En cierto modo, se lo debe todo a ella, porque fue la que le inició en la alimentación vegetal, que, combinada con carreras de 10 km a las 6 de la mañana, le hizo adelgazar, tonificarse y le dio la idea de Clean Kitchen Club: vegano para carnívoros.
“Quería hacer algo real y con sentido”, dice. Empezaron en la playa de Brighton, volteando hamburguesas en el verano de 2020, entre encierros, y su popularidad creció a buen ritmo en las redes sociales. Pronto Mikey estaba haciendo entregas por todo Londres, que es donde unió fuerzas con Verity. “Esto podría ser un negocio”, le dijo en una fiesta. “Se está volviendo autosuficiente y necesitamos expandirnos”.
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