Las unidades de maternidad sólo deben eliminar el gas y el aire como ‘último recurso’

Los centros hospitalarios sólo deben retirar el gas y el aire de las salas de maternidad como “último recurso”, según el NHS England.

Varios hospitales han suspendido temporalmente el uso de gas y aire debido a la preocupación de que las matronas y el personal estén expuestos a niveles demasiado altos de gas durante periodos prolongados de tiempo.

Algunas mujeres embarazadas han publicado en las redes sociales que estas decisiones las han dejado ansiosas y preocupadas por sus opciones de alivio del dolor.

Algunos centros del NHS también han sido criticados por la forma en que comunicaron el mensaje de que se suspenderían el gas y el aire.

La encuesta de maternidad del NHS para 2022 muestra que el 76% de las mujeres utilizaron gas (también conocido como óxido nitroso) y aire durante el parto.

El uso de gas y aire no tiene efectos secundarios perjudiciales para la madre o el bebé.

En una nueva guía para los centros, el NHS de Inglaterra dijo que había estudiado los efectos sobre la salud del personal de unos niveles de óxido nitroso superiores a los prescritos, “basándose en la legislación pertinente y en la guía existente sobre la gestión segura del gas y el aire en los centros sanitarios”.

Los centros deben asegurarse de que cumplen la legislación y las directrices nacionales sobre el uso del gas, pero sólo deben retirarlo a las mujeres como último recurso y deben informarles sobre otros métodos para aliviar el dolor.

“En caso de que, tras la reunión del comité (de gases medicinales), exista la preocupación de que el centro no cumple la normativa, el centro debe informar formalmente de ello al centro de operaciones regional del NHS England a la atención de la matrona jefe regional”, dice la guía.

“Este informe debe describir los problemas identificados, las acciones que la organización va a emprender para resolverlos y el plazo para hacerlo.

“La retirada del suministro de gas y aire a los pacientes debe ser una medida de último recurso, que sólo se considere tras una evaluación de riesgos, consulta clínica y mitigación adecuadas.

“Cuando no haya otra opción que retirar esta provisión, debe haber una comunicación clara con todos los usuarios del servicio que puedan verse afectados, con opciones alternativas explicadas para apoyar la elección informada del paciente.”