Los agujeros negros supermasivos que se cree que acechan en el corazón de la mayoría de las galaxias pueden controlar el destino de las estrellas de su galaxia: cuáles nacen y cuáles no llegan a nacer.
Esta es la conclusión de un nuevo artículo publicado en la revista Nature Astronomy realizado por un equipo europeo de astrónomos que estudian el agujero negro supermasivo situado en el centro de la galaxia IC 5063, que se encuentra a unos 156 millones de años luz de la Tierra. Los agujeros negros supermasivos se alimentan de discos de gas y polvo que se arremolinan a su alrededor, y la energía liberada cuando el material se comprime y aprieta justo antes de caer en el agujero negro genera potentes chorros de energía.
Mientras que muchos chorros de agujeros negros expulsan materia y energía perpendicularmente al plano de su galaxia, los chorros del agujero negro en el corazón de IC 5063 parecen dispararse a través del plano de la galaxia, comprimiendo y disipando alternativamente nubes de gas molecular. Las nubes comprimidas forman más estrellas, mientras que las disipadas forman menos.
“Nuestros resultados demuestran que los agujeros negros supermasivos, aunque estén situados en el centro de las galaxias, podrían afectar a la formación de estrellas en toda la galaxia”, afirma el autor del estudio y astrónomo de la Universidad de Atenas, Grecia, Kalliopi Dasyra dijo en un comunicado. “Estudiar el impacto de los cambios de presión en la estabilidad de las nubes fue clave para el éxito de este proyecto”.
Los investigadores utilizaron el Atacama Large Millimeter Array, un conjunto de más de 60 platos de radiotelescopio en Chile, y el Very Large Telescope, un telescopio óptico también en Chile, para estudiar el efecto del agujero negro supermasivo en la galaxia IC 5063.
Midiendo la distribución de diferentes especies químicas, como el monóxido de carbono, y el nitrógeno y el azufre ionizados, los investigadores fueron capaces de trazar un mapa de cómo los chorros cambiaron ejerciendo presiones en toda la galaxia.
Pero para entender mejor cómo los chorros de los agujeros negros supermasivos pueden afectar a la formación de estrellas en todas las galaxias será necesario realizar más estudios, señalan los investigadores, especialmente con el recién operado telescopio espacial James Webb.
“Estamos realmente entusiasmados con la obtención de los datos del JWST”, dijo el Dr. Dasyra, “ya que nos permitirán estudiar la interacción chorro-nube con una resolución exquisita”.
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