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Una revolución de la conectividad para gestionar los riesgos climáticos

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El acceso sin trabas a las herramientas de comunicación por satélite puede servir de solución sistémica para reducir el impacto económico de los desastres climáticos

Que el cambio climático es la amenaza existencial más grave a la que se enfrenta la humanidad es un eufemismo. La trayectoria ascendente de la prevalencia de las catástrofes relacionadas con el clima ha devastado masivamente el estado de la vida humana, con ciudades sumergidas, propiedades dañadas y medios de vida desplazados. Los estragos causados por el cambio climático son aún más profundos si se miden en términos de impacto económico global, no sólo por las pérdidas masivas de propiedades, sino también por el elevado número de muertes y morbilidad.

El cambio climático como riesgo sistémico

El concepto de riesgo sistémico se refiere a la ruptura de todo un sistema, en contraposición al simple fallo de partes individuales. En finanzas, esto representa un riesgo de fallo en cascada que crea un efecto dominó que podría provocar el colapso de todo un sistema. Hemos sido testigos de cómo se produjo esto en la crisis financiera de 2008, en la que una burbuja hipotecaria aparentemente aislada condujo a la mayor recesión de nuestra generación.

Del mismo modo, el cambio climático se está convirtiendo rápidamente en un riesgo sistémico que plantea ramificaciones nefastas sobre el estado de las estructuras económicas imperantes tal y como las conocemos.

Las señales ya están ahí.

Varios modelos respaldados por la ciencia y los datos sugieren que se espera que el impacto económico de las catástrofes inducidas por el clima aumente significativamente en la próxima década. Suponiendo una estimación conservadora de que el coste de las catástrofes naturales siga creciendo a su ritmo histórico, el impacto económico anual medio de las catástrofes naturales casi se duplicará en un 97%, pasando de 199.000 millones de dólares en 2015-19 a la asombrosa cifra de 390.000 millones de dólares en 2025-29. Para poner las cosas en perspectiva, esto hará que los desastres relacionados con el clima tengan el mismo tamaño que los 37th mayor economía del mundo (según las cifras del FMI de 2021), lo que corresponde a casi el 0,5% del PIB mundial.

Una vez más, se trata de una mera estimación conservadora. Con la continua imprevisibilidad del cambio climático, los daños económicos derivados de las catástrofes aumentarán exponencialmente. Aparte de los efectos directamente medibles, existen también importantes factores sociales y culturales que agravan aún más el impacto de las catástrofes climáticas. Entre otros, cabe destacar las pérdidas de productividad laboral y el desplazamiento de familias debido a la migración por motivos medioambientales.

Al igual que los riesgos sistémicos financieros pueden provocar el colapso de sistemas enteros, el cambio climático puede desencadenar crecientes perturbaciones en nuestras rutinas normales que alterarán para siempre el curso de la existencia humana.

Aprovechar la tecnología para controlar los riesgos climáticos

El control de los riesgos sistémicos requiere una acción sincronizada de todas las partes interesadas que pueden verse afectadas. Afortunadamente para la humanidad, la tecnología es una de las herramientas que podrían aprovecharse para responder a esta amenaza existencial.

Tanto los gobiernos como el sector privado han reconocido que las innovaciones emergentes en materia de comunicaciones podrían aprovecharse como un elemento de apoyo a la adaptabilidad al cambio climático. Un despliegue eficaz de estas herramientas ha mejorado la capacidad de respuesta de los Estados para combatir las emergencias climáticas, previniendo así pérdidas económicas más graves tanto en su fase de preparación como en la posterior.

Los resultados que podrían producirse como consecuencia de las diferencias en la adaptación a las modernas herramientas de comunicación de emergencias han sido trazados por Asociación para el Acceso y su Fair Tech Institute en un libro blanco que han publicado recientemente sobre el papel de las comunicaciones en la gestión de catástrofes. En este sentido, se ven tres escenarios:

  • La situación actual – esto supone que se mantiene el statu quo, sin que los Estados realicen ningún cambio significativo en la utilización de los sistemas de comunicación existentes.
  • Divergencia de conectividad – se supone que los Estados aprovechan las herramientas de comunicación modernas para responder a las emergencias, pero el nivel de desarrollo difiere entre los países en función de sus niveles de renta.
  • Revolución de la conectividad – esto supone una adaptación generalizada de los sistemas de comunicación de emergencia en todos los países, independientemente de sus ingresos.

El resultado de estos escenarios puede ser muy diferente. Por un lado, si se mantiene el statu quo se corre el riesgo de que se produzcan importantes trastornos en la vida humana, que podrían acelerarse aún más en los próximos años. Por otro lado, unaUna palabra utópica en la que se logre la revolución de la conectividad podría traducirse en una reducción estimada de 148.000 millones de dólares en daños económicos, incluyendo una disminución significativa de las vidas perdidas y de las personas afectadas por desastres naturales evitables entre 2025 y 2029.

La visión a la que debemos aspirar no es más clara que ésta.

La revolución de la conectividad como solución sistémica

El hecho de que el cambio climático constituya un riesgo sistémico significa que ahora es una preocupación de todos. Para que la humanidad responda a esta amenaza es fundamental reconocer que la acción climática no es sólo tarea de unos pocos, sino un esfuerzo de colaboración de todos y cada uno de los habitantes del planeta para garantizar nuestra supervivencia.

Si realmente queremos aprovechar el potencial de las nuevas herramientas de comunicación de emergencia como forma de evitar los riesgos relacionados con el clima, es imperativo salvar la brecha existente en el acceso a estas tecnologías. Lograr una revolución de la conectividad a gran escala no sólo reduciría drásticamente el impacto económico de las catástrofes relacionadas con el clima, sino que también garantizaría que nadie se quede atrás a la hora de afrontar esta crisis generacional.

Para obtener más información sobre cómo las nuevas herramientas de comunicación pueden convertirse en soluciones eficaces para salvar vidas y minimizar los daños ante el aumento de las catástrofes relacionadas con el clima, consulte el estudio pionero realizado por Access Partnership aquí

Publicado originalmente en Business Reporter

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