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El Banco de Inglaterra define la inflación simplemente como un término utilizado por los economistas para “describir el aumento de los precios a lo largo del tiempo”.
El aumento de los costes de los bienes y servicios en la calle principal del Reino Unido indica que el valor de la libra esterlina está en declive, lo que a su vez significa una reducción del poder adquisitivo de los consumidores y, por lo tanto, de su calidad de vida, ya que se les disuade de gastar más de lo que pueden permitirse.
Esto, a su vez, se come el crecimiento económico nacional.
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“Una economía sana necesita tener una tasa de inflación baja y estable”, explica el banco central. “El gobierno establece un objetivo de cuánto deben subir los precios en general cada año en el Reino Unido. Ese objetivo es el 2%. El trabajo del Banco de Inglaterra es mantener la inflación en ese objetivo.
“Un poco de inflación es útil. Pero unas tasas de inflación altas e inestables pueden ser perjudiciales. Si los precios son imprevisibles, es difícil para la gente planificar cuánto puede gastar, ahorrar o invertir.
“En casos extremos, una inflación alta y volátil puede provocar el colapso de una economía. Zimbabue es un buen ejemplo. Lo experimentó en 2007-2009, cuando el nivel de precios aumentó alrededor de un 80% en un solo mes. Como resultado, la gente simplemente se negó a usar los billetes de Zimbabwe y la economía se paralizó.”
El Banco de Inglaterra establece la política monetaria para ejercer el control y evitar que se produzcan estas situaciones, principalmente mediante la gestión de los tipos de interés.
“Unos tipos de interés más altos encarecen el préstamo de dinero y animan a la gente a ahorrar. Eso significa que, en general, tenderán a gastar menos”, continúa el banco.
“Si la gente en general gasta menos en bienes y servicios, los precios tenderán a subir más lentamente. Eso reduce la tasa de inflación”.
En Gran Bretaña, el fenómeno es medido mensualmente por la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS), que comprueba el precio de 700 bienes y servicios típicos en los que los consumidores británicos gastan dinero habitualmente, desde el pan y la leche hasta los coches y las vacaciones en el extranjero.
El precio total de una “cesta” de estos artículos se calcula para obtener el Índice de Precios al Consumo (IPC), que se compara con su equivalente un año antes para revelar cuánto ha subido la tasa de inflación en los últimos 12 meses.
El miércoles por la mañana, horas antes de que el ministro de Hacienda, Rishi Sunak, presentara su Declaración de Primavera ante la Cámara de los Comunes, la ONS publicó sus últimas cifras, que revelaban que la tasa de inflación del Reino Unido se había disparado a su nivel más alto en 30 años.
La ONS dijo que la medida del IPC de la inflación subió al 6,2% el mes pasado, frente al 5,5% de enero, lo que representó su nivel más alto desde marzo de 1992, cuando se situó en el 7,1%.
El desarrollo puso una presión renovada sobre el Sr. Sunak para que anuncie más ayuda para los hogares británicos que se enfrentan a una crisis del coste de la vida en espiral, con el aumento de los precios nacionales de la energía y el combustible como una causa particular de preocupación, incluso antes de que la guerra de Rusia en Ucrania comenzara el mes pasado, exacerbando los problemas de suministro internacional.
En Europa, la tasa de inflación de la zona euro aumentó hasta el 5,8% en febrero, frente al 5,1% de enero, al sentirse el primer impacto de la guerra, lo que provocó nuevos llamamientos para que el Banco Central Europeo actuara y frenara su propia crisis económica en ciernes.
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