He es el empresario amante del vino que está detrás del champán Fleur de Miraval, una cosecha de rosado espumoso que se vende a más de 300 libras la botella. Es el propietario de Plan B, la respetada productora cuyos créditos incluyen a ganadores de Oscars como 12 años de esclavitud, Moonlight y Minari. Tiene un gran interés por la arquitectura y hace 22 años coescribió un libro sobre uno de los edificios más famosos de California, la casa Robert R Blacker de Pasadena. A principios de este verano, compró la casa DL James, un bungalow de piedra en Carmel, de 40 millones de dólares, que también se considera una obra maestra de la arquitectura. Es conocido por su política progresista y sus obras de caridad.
Estos detalles hacen que Brad Pitt parezca el típico ejecutivo de negocios filantrópico, hombre del renacimiento y conocedor de Hollywood; parte de la élite liberal de Tinseltown. Sin embargo, eso es sólo una parte de la historia de Pitt. El actor de 58 años ya ha sido votado dos veces Revista Peopley es “quizá el mayor galán de todos los tiempos”, según GQ. Gracias a sus matrimonios y divorcios con las también estrellas Jennifer Aniston y Angelina Jolie, sigue siendo una fuente inagotable de fascinación para los columnistas de cotilleo. Sus fans lo adoran, pero también sienten un placer macabro cuando se ve envuelto en un escándalo, por ejemplo, por un supuesto episodio de ira en estado de embriaguez en un jet privado.
Pitt vuelve a la pantalla esta semana en una nueva película de acción Tren de balas. Interpreta a Ladybug, un asesino canoso y fatalista, pero todavía guapo, que lleva unas grandes gafas negras y un sombrero de cubo. Su jefa, Sandra Bullock, le envía en una misión para recuperar un maletín lleno de dinero y lingotes de oro en un tren bala de alta velocidad que viaja de Tokio a Kioto. Pitt retoma el relajado esquema de acción que fue tan eficaz -y que le valió un Oscar- en la película de Quentin Tarantino Érase una vez en Hollywood. Puede que sea un asesino a sangre fría, pero con una cortesía del viejo mundo y un sentido del humor muy seco. Cuando los otros asesinos, que también buscan el maletín, le persiguen con pistolas, serpientes, cuchillos y veneno, nunca se inmuta. Incluso en los momentos más espeluznantes de la película, el personaje de Pitt parece hacer un guiño al público. El tren bala atraerá a los fans de las películas de acción elegantes, irónicas y sobredeterminadas, como la franquicia John Wick, protagonizada por Keanu Reeves, o el reciente estreno de Netflix El hombre gris. Pitt, a punto de cumplir los 50 años, interpreta el papel con su habitual elantismo. La película ha recibido críticas irregulares. Se han hecho innumerables juegos de palabras sobre su argumento, que se sale de los carriles. Sin embargo, como siempre, el actor ha escapado sin un rasguño en su reputación. Al fin y al cabo, todo el mundo quiere a Brad.
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