Once meses después de haber afirmado que dejaban el reality, el clan Kardashian-Jenner vuelve a la pequeña pantalla. Con el programa de Disney+ Las Kardashians, la familia espera que al sacudirse un prefijo – Keeping Up with the Kardashians que se emitió en E! durante 15 años- puedan igualmente sacudirse los estereotipos que han acumulado desde el inicio de su programa que define el género: que no tienen talento, que no están cualificados para mucho y que no merecen su riqueza y éxito.
Al cambiar E! por Disney+ -que supuestamente pagó nueve cifras por el placer- la familia es ahora libre de mostrar lo que quiera. Mientras que E! buscaba complacer a sus espectadores con un dramatismo exacerbado en lugar de una realidad verdadera -aunque ligeramente manipulada-, Disney+ está abierto a mostrar la vida cotidiana de las mujeres: reuniones de negocios, compartir el coche, la limpieza de la casa, las cenas familiares. El resultado es que.., Las Kardashian es una presentación adecuada de la familia tal y como es hoy en día: hermanas y madres multimillonarias y expertas en negocios que rompieron el molde de “estrella de telerrealidad” hace muchos años.
El primer episodio se abre con una reintroducción de la familia, aunque no hay rastro del hermano menor de los Kardashian, Rob, que empezó a aparecer sólo ocasionalmente en Keeping Up a mitad de la serie. Kanye West, en pleno proceso de divorcio de la magnate de la cultura pop Kim, también está ausente en el primer episodio, pero se dice que aparecerá más adelante en la temporada.
Una serie de elegantes tomas con drones -con la banda sonora de “777” de Silk Sonic- nos catapultan entre diferentes hogares y lugares de trabajo. Kim organiza una comida familiar para celebrar el primer día de rodaje, y los invitados llegan uno a uno para ofrecer sus reacciones al nuevo programa. Hay un notable intento de relacionarse: la magnífica maquilladora Kylie, la experta en bienestar Kourtney y la obsesionada con el fitness Khloe mencionan lo mucho que disfrutan de la vida sin cámaras. Pero, al parecer, con más control sobre lo que estas cámaras llegan a ver, todas están emocionadas por la oportunidad de mostrar nuevos ángulos de sus vidas personales y profesionales.
Los segmentos separados ilustran este día a día, y los desafíos actuales de cada miembro de la familia. Cuando la familia se reúne, no lo hace de forma forzada. Asisten a eventos o se sientan a comer, en lugar de escenificar las conversaciones a las que nos acostumbramos con Mantenerse al día. Todas las series sin guión están dirigidas hasta cierto punto, pero al no anunciar el programa como de acceso a todos los ámbitos (Kourtney, por ejemplo, se negó a que las cámaras la siguieran el día de San Valentín), la familia parece más auténtica.
Producido por el equipo detrás de The Late Late Show with James Corden, The Kardashians no repara en gastos. La abundancia de tomas nítidas y saturadas de las playas de Los Ángeles y de las colinas onduladas actúan como separadores de escenas. Los confesionarios son también más descriptivos que reactivos, lo que permite construir una narrativa de estilo documental.
No obstante, hay dramatismo y visión íntima. Khloe está resolviendo sus problemas de pareja con su novio Tristan Thompson. Kim está reuniendo a sus abogados para luchar contra la amenaza de que su cinta sexual salga a la luz. La ex pareja de Kourtney, Scott Disick, que tiene pocos parientes de sangre cercanos, está tratando de navegar por una vida en la que no es automáticamente invitado a los eventos de la familia Kardashian-Jenner – la ruptura de él y Kourtney parece ser definitiva. En cuanto a la propia Kourtney, que está enamorada del batería de Blink-182, Travis Barker, explica la sincera razón por la que no se avergüenza de las muestras de afecto en público: sus hijos nunca han sido testigos de una relación tan amorosa.
Atrás quedaron las subtramas más tontas: los días en que los productores de E! llenaban el tiempo con Khloé y Scott gastando bromas a la madre Kris ya no existen. Sin embargo, sigue habiendo comentarios ingeniosos, como el de Kim mencionando que tener la sala de juegos limpia la pone cachonda. “A cualquier madre le pasa eso”, afirma. Sí, las Kardashians han regresado, con sus desconcertantes frases y todo.
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