Wednesday Addams podría ver cuestionado su título de “detective gótica residente de Netflix” con el estreno de The Pale Blue Eye. El thriller de época de Scott Cooper sitúa a un joven Edgar Allan Poe (Harry Melling) en el centro de un misterioso asesinato ficticio en el norte del estado de Nueva York. Pero, a favor de Cooper, la película es mucho menos tonta en la práctica que el argumento de una sola frase de la novela original de Louis Bayard. Es una buena adaptación, aunque con un poco de celebridad literaria innecesaria.
Es 1830, y el veterano detective Augustus Landor (Christian Bale) ha sido llamado a la Academia Militar de Westpoint, donde casualmente está destinado Poe (el único detalle fiel a la biografía). El cadáver de un cadete, encontrado ahorcado en circunstancias sospechosas, ha sido profanado post mortem: le han arrancado el corazón del pecho y se lo han llevado. Se nos recuerda, por supuesto, el “corazón delator” que llevó al asesino y culpable protagonista del famoso cuento de Poe a su confesión final. Sin embargo, no se producen tales acechanzas. El pálido ojo azul – incluso el título está tomado de ese mismo relato- está salpicado de este tipo de referencias sin sustancia a la obra del autor.
Landor tropieza con Poe en la taberna local. Encuentra intrigantes las curiosas teorías del hombre y su profunda conexión con lo oculto; es como si fuera un Watson ideal, aunque sombrío, para su Holmes. Un cuervo vigila a la pareja, aunque nunca dice “nunca más”. Una estructura que se desmorona pretende llevar el mismo colapso simbólico que La caída de la casa Usher. El nombre “Lenore” se susurra con tembloroso presagio. Pero todo esto es tan útil para la narrativa de Cooper como los huevos de Pascua ocultos para una película de Marvel. Mucho más crucial, pero en gran medida ausente, es la esencia moral de las historias de Poe. El estremecedor terror de la mortalidad de un hombre. El castigo kármico infligido por manos fantasmales. Una melancolía corruptora. La ocasional ráfaga de niebla apenas basta por sí misma para hacer el truco.
Pero El Pálido Ojo Azul al menos se mueve con elegante severidad, como debería hacerlo una película sobre asesinatos en el siglo XIX. Y eso a pesar de los ricos y pictóricos azules de los uniformes de los soldados y de los espacios domésticos iluminados por lámparas que capta el director de fotografía Masanobu Takayanagi, que a veces resultan extrañamente poco góticos.
Las películas anteriores de Cooper -incluidas dos colaboraciones con Bale, Fuera del horno y Hostiles – han examinado el mito americano a través del agrietado barniz de los pecados de la nación. Lo mismo ocurre aquí. Como retrato de la América naciente, se beneficia de un reparto mayoritariamente británico, con acentos adecuados a la época. Entre ellos están Timothy Spall, Toby Jones, Lucy Boynton y IndustriaHarry Lawtey. Gillian Anderson, en el papel de una altiva socialité local, parece estar expurgando los últimos restos de su Margaret Thatcher en The Crown. Robert Duvall hace un cameo en un papel que se lee más como un favor a Cooper. El desenfadado cansancio de Bale en el papel de Landor aporta un poco de autenticidad al más familiar de los arquetipos: el detective borracho y cínico con un pasado trágico.
Pero la interpretación de Melling es la verdadera atracción, y un nuevo punto álgido para el actor tras un sólido trabajo secundario en El gambito de la reina, La Tragedia de Macbeth y La Balada de Buster Scruggs. Adopta la naturaleza pomposa y exhibicionista de Poe – “Soy un artista, no tengo nación”, declara- al tiempo que lo aleja del borde de la parodia, permitiéndole en su lugar cierta delicada herida. No estoy seguro de la exactitud de su Poe, pero está de todo corazón al servicio de un guión como el de Cooper, en el que Landor, en un momento dado, dice que Poe es tan buen tipo que sólo desearía haberle presentado a su hija. El verdadero Poe se casaría con su prima de 13 años.
Dir: Scott Cooper. Protagonistas: Christian Bale, Harry Melling, Gillian Anderson, Lucy Boynton, Charlotte Gainsbourg, Toby Jones, Robert Duvall. 15, 128 minutos.
‘The Pale Blue Eye’ estará en cines seleccionados a partir del 23 de diciembre y se podrá ver en streaming en Netflix a partir del 6 de enero
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