Con una cierta dosis de conocimiento, mucho instinto exuberante y el habitual trasfondo de vulnerabilidad, Sheridan Smith interpreta a Jenna, una profesora de secundaria que bebe mucho, fuma mucho, vive mucho y es bastante libertina, en la nueva serie dramática de Channel 5, The Teacher. Está ambientada en Bradford y no es un retrato halagador de esa gran ciudad ni de la profesión docente, debo decir. El personaje de Smith es el tipo de espécimen de humanidad permanentemente resacoso que podrías esperar encontrar en las salas de estudiantes, en el periodismo o, de hecho, por lo que hemos oído, quizás en la Unidad de Política del Número 10 de Downing Street.
En cualquier caso, Jenna es una amante inglesa, en más de un sentido, porque se encuentra acusada de acostarse con Kyle Hope (Samuel Bottomley), un alumno suyo de 15 años. El caótico estilo de vida de Jenna suele hacer que acabe en el divertidamente llamado club nocturno Lazarus de una noche, tropezando con varios de sus alumnos (literal y metafóricamente), emborrachándose tanto que tiene un desmayo y siendo resucitada de entre los muertos por un extraño hombre al día siguiente, que supongo que es más o menos el milagro de Lazarus.
La tensión de la historia es que, obviamente, Jenna no recuerda haber conocido a Kyle en el club, y mucho menos haber tenido sexo con él. El espectador sabe que al menos lo vio allí, si no le ofreció lecturas de poesía adicionales en los pantanos. Así que su agonía es que no sabe lo que hizo, ni tiene que decírselo a la policía cuando la detengan por sexo con una menor. Cuando está sobria, Jenna es una profesora brillante y dotada, un poco guerrera de la justicia social, y se ha ganado unos cuantos enemigos en la escuela: colegas envidiosos a los que ganó un ascenso y un alumno que es un aspirante a influencer, entre otros. La escuela ha recibido correos electrónicos anónimos maliciosos (por ejemplo, “Si quieres saber lo que Jenna Garvey hace los fines de semana entra en Pornhub…”) durante algún tiempo. Alguien la traicionó o le tendió una trampa.
Desde que vi el primer episodio, tengo la sensación de saber lo que va a pasar, y es que Jenna pasará por un calvario atroz que casi la destrozará, pero que al final será reivindicada. Eso no quiere decir que no quiera ver eso, porque no hay nadie mejor que Smith para hacer una actuación así, con sus lágrimas fluyendo en su sauvignon blanc como un spritzer salado. Como objetivo frecuente de la prensa sensacionalista, me entristece decir que probablemente ha practicado mucho eso en la vida real. Al igual que Lázaro, Smith siempre está haciendo regresos milagrosos, y son gratificantes de ver.
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