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Los robots han descubierto 39 nuevas especies potenciales en el fondo del océano.
Los investigadores del Museo de Historia Natural dijeron que los organismos no descritos representan una fracción de las especies no descubiertas de las profundidades marinas, en las que los científicos están trabajando para comprender.
Un vehículo operado a distancia (ROV) permitió llevar a la superficie las muestras, recogidas en las llanuras abisales de la zona Clarion-Clipperton, en el Pacífico central.
Esto permitió a los científicos hacerse una idea mucho mejor de los organismos que viven a profundidades de entre 3.100 y 5.100 metros bajo el nivel del mar.
En el pasado, los animales de esta zona sólo se habían estudiado en fotografías.
Sorprendentemente, 48 de los 55 especímenes recuperados eran especies diferentes, y sólo nueve de los 48 eran conocidos por la ciencia.
Gran parte de la vida en el fondo del océano es un misterio para los científicos, y no es perturbada por los humanos porque es muy difícil de alcanzar.
Los investigadores afirman que, si bien se sabe que las diminutas criaturas de tamaño milimétrico (macrofauna) tienen una gran biodiversidad en el abismo, no se ha obtenido mucha información sobre los animales más grandes (megafauna), y los hallazgos indican que este grupo también podría ser muy diverso.
La Dra. Guadalupe Bribiesca-Contreras, del Museo de Historia Natural, autora principal del estudio, dijo: “Esta investigación es importante no sólo por el número de especies potencialmente nuevas que se han descubierto, sino porque estos especímenes de megafauna sólo se habían estudiado anteriormente a partir de imágenes del fondo marino.
“Sin los especímenes y los datos de ADN que contienen, no podemos identificar adecuadamente a los animales y entender cuántas especies diferentes hay”.
Entre las muestras recogidas había estrellas de mar y pepinos de mar, y muchos son invertebrados marinos.
El equipo también recogió pequeños animales anclados al sedimento o adheridos al sustrato duro, como anémonas de mar, percebes, lirios de mar, esponjas de mar y una esponja de cristal de más de un metro de longitud.
También encontraron pepinos de mar nadando y un erizo de mar galopando en el lecho marino.
Una de las especies recién descubiertas en las profundidades es la Psychropotes longicauda, también conocida como la ardilla de goma.
El Dr. Adrian Glover, investigador de mérito que dirige el Grupo de Investigación de las Profundidades Marinas del museo, añadió: “Sabemos que los pequeños animales de tamaño milimétrico, llamados macrofauna, tienen una gran biodiversidad en los abismos.
“Sin embargo, nunca hemos tenido mucha información sobre los animales más grandes que llamamos megafauna, ya que se han recogido muy pocas muestras.
“Este estudio es el primero que sugiere que la diversidad puede ser muy alta también en estos grupos”.
Los hallazgos se publican en la revista Zookeys.
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