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La contaminación acústica subacuática provocada por actividades como el transporte marítimo y la construcción en alta mar puede causar a las tortugas una pérdida de audición que puede durar desde minutos hasta días, según advierten los científicos.
El estudio, que aún no ha sido revisado, se presentará en la Reunión de Ciencias Oceánicas de 2022, el 4 de marzo, y podría tener implicaciones para la supervivencia de algunas especies de tortugas amenazadas.
Mientras que estudios anteriores han constatado los efectos del ruido en animales marinos como calamares, peces y ballenas, los científicos, incluidos los de la Institución Oceanográfica Woods Hole de EE.UU., dijeron que se han realizado menos trabajos en reptiles como las tortugas.
Pero la nueva investigación ha indicado que estos reptiles son más sensibles al sonido de lo que se entendía hasta ahora.
En el estudio, los investigadores insertaron un electrodo mínimamente invasivo justo debajo de la piel por encima de la oreja de una tortuga para detectar voltajes eléctricos muy pequeños creados por el sistema auditivo de las tortugas cuando escuchan sonidos.
A continuación, determinaron el umbral inferior de la audición de las tortugas bajo el agua y qué tonos o frecuencias escuchaban mejor los reptiles.
Los experimentos se centraron en dos especies no amenazadas de tortugas de agua dulce, Trachemys scripta elegans y Chrysemys picta, dijeron los científicos.
A continuación, expusieron a las tortugas a un ruido blanco fuerte y de gran amplitud.
Los investigadores siguieron midiendo la audición de las tortugas durante aproximadamente una hora después de exponerlas al ruido y luego lo retiraron para ver cómo los reptiles recuperaban su audición bajo el agua a corto plazo.
A continuación, revisaron las tortugas dos días después para ver si la recuperación era completa.
Aunque las tortugas siempre recuperaban la audición, descubrieron que la pérdida de audición solía durar entre 20 minutos y más de una hora.
Pero a veces, la audición no se había recuperado al final de la hora de prueba, lo que indicaba que las tortugas necesitaban más tiempo para recuperarse completamente.
La audición de una tortuga, según los científicos, se vio afectada durante varios días.
“Si esto ocurre en la naturaleza, las tortugas serían menos capaces de detectar los sonidos de su entorno en estas escalas de tiempo, incluidos los sonidos utilizados para la comunicación o para advertirles de que se acercan los depredadores”, dijo en un comunicado Andria Salas, investigadora de la Institución Oceanográfica Woods Hole.
“Más de la mitad de las especies de tortugas y galápagos están amenazadas, y la contaminación acústica es un factor de estrés adicional que hay que tener en cuenta a la hora de proteger a estos animales”. El Dr. Salas añadió.
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