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Los investigadores que ayudaron a liderar la respuesta temprana de Covid en el Reino Unido han afirmado que debería crearse una capacidad de prueba de reserva para ayudar al país a afrontar mejor la próxima pandemia.
En un informe publicado en la revista The BMJ, los científicos de la Universidad de Cambridge afirman que un “cuello de botella humano”, debido a los recortes históricos en la financiación de la sanidad pública, retrasó la ampliación de las pruebas de Covid en el Reino Unido en las primeras fases de la respuesta pandémica del país.
Los autores sostienen que debería establecerse ahora un sistema de científicos de laboratorio reservistas para proporcionar una capacidad de aumento que ayude al país a responder más rápida -y eficazmente- a futuros brotes de enfermedades infecciosas.
“Debido a que las pruebas de Covid-19 no se ampliaron con la suficiente rapidez, no pudimos detectar todos los casos con la suficiente rapidez para intentar detener la propagación de la enfermedad”, dijo el Dr. Jordan Skittrall, autor principal del informe.
“Fue frustrante escuchar las promesas de los políticos de ampliar repetidamente la capacidad de análisis de Covid-19 durante la fase inicial de la pandemia. La ampliación fue extremadamente difícil: se necesita mucha experiencia para que las pruebas funcionen en las primeras fases de la lucha contra un nuevo patógeno”, añadió.
Como clínico del Hospital Addenbrooke de Cambridge, el Dr. Skittrall dejó de lado su trabajo habitual para ayudar a interpretar los resultados de las pruebas de Covid-19 en el laboratorio a principios de 2020, y asegurarse de que se llevaban a cabo las respuestas clínicas adecuadas.
“A principios de 2020 estuvimos trabajando hasta altas horas de la noche, con muy pocas personas procesando las pruebas para todo el país”, dijo el Dr. Skittrall.
“La velocidad a la que tenía que trabajar la gente y la dificultad de tratar de ampliar el proceso en un laboratorio hospitalario muy concurrido me hicieron ver que había un verdadero cuello de botella humano. Necesitábamos más personas para procesar las pruebas”.
En el informe de la Universidad de Cambridge, los investigadores recomiendan la contratación de un número relativamente pequeño de científicos altamente cualificados, a los que se les pagaría un sueldo, para que ayuden en las fases iniciales de una emergencia, y añaden que el riesgo de que se produzca otra pandemia como la de Covid-19 está siempre presente.
Los científicos consideraron una serie de opciones para proporcionar capacidad científica de refuerzo y llegaron a la conclusión de que el mejor escenario sería una mezcla de reservistas pagados altamente cualificados, y voluntarios que podrían ser llamados cuando sea necesario y entrenados rápidamente.
“La aparición de una enfermedad infecciosa es hasta cierto punto un proceso aleatorio, pero una pandemia como la del Covid-19 está garantizada que se repita en algún momento”, dijo el Dr. Skittrall.
“En el Reino Unido estamos en la posición privilegiada de contar con los conocimientos científicos adecuados para responder al próximo gran brote. Pero tenemos que asegurarnos de tener a estas personas preparadas, para que cuando ocurra algo puedan ponerse en marcha.”
El informe sugiere crear una gran reserva de personal voluntario que no tenga conocimientos especializados pero que pueda ser formado rápidamente en caso de emergencia y pagado sólo cuando sea necesario.
Aquellos que trabajan en sectores de la economía que probablemente cierren durante una pandemia -como el entretenimiento y la hostelería- serían candidatos ideales como reservas voluntarias, añaden los científicos.
Desde el comienzo de la pandemia, se han realizado más de 200 millones de pruebas de PCR para el Covid.
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