In su novela autobiográfica Acidez de estómagoNora Ephron describe el personaje basado en su ex marido Carl Bernstein como “capaz de tener sexo con una persiana veneciana”.
No era una buena imagen para Bernstein. Además de ser el cónyuge de Ephron, también era el reportero de investigación que, junto con su colega Bob Woodward en The Washington Post, hizo caer al presidente estadounidense Richard Nixon. En la película Todos los hombres del presidente (1976), adaptación del libro de 1974 del dúo sobre el escándalo Watergate, el entonces desconocido reportero era retratado por Dustin Hoffman como “escéptico, hambriento” e “insaciablemente curioso”, en palabras de un crítico. Ahora, su ex mujer lo describía con los pantalones bajados. En la adaptación de Mike Nichols de 1986 Ardor de estómago, fue interpretado por Jack Nicholson como una figura encantadora pero lasciva que engaña a su mujer embarazada.
Estas dos representaciones contrastadas resumen perfectamente la extrema ambivalencia que siente Hollywood cuando se trata de representar a los periodistas en la pantalla. O bien son héroes idealistas y conquistadores, o bien son unos sórdidos consumados. Ella dijoLa película She Said, que se estrenará en el Reino Unido en el Festival de Cine de Londres el mes que viene, es uno de los recientes largometrajes que presentan a los periodistas bajo una luz idealizada. La película, realizada por la directora alemana Maria Schrader, sigue The New York TimesMegan Twohey y Jodi Kantor -interpretadas por Carey Mulligan y Zoe Kazan, respectivamente- mientras investigan el escándalo de agresión sexual del productor cinematográfico Harvey Weinstein.
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