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Mysie: ‘Sueñas con el futuro de una relación, es fácil olvidar la realidad’

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Mysie lloró cuando se enteró del pasado de su abuelo. Hasta hace unos años, la cantante de indie-soul no conocía la obra de Israel Magembe. Qué maravilloso debió ser descubrir que a él se le atribuye la introducción del jazz y el blues congoleños en la escena musical de Uganda en los años cincuenta. “Fue mágico”, dice, sentada en su camerino del Royal Festival Hall de Londres, tras la prueba de sonido de su actuación como telonera de Corinne Bailey Rae. “Lloré porque fue la afirmación final de que esto es lo que debía hacer. Este es el legado”.

La joven de 26 años ha heredado la habilidad de su abuelo para entrelazar una panoplia de influencias internacionales. Nacida como Lizbet Sempa, en el sur de Londres, Mysie fue criada por sus padres al ritmo de Alicia Keys, Chaka Khan y Sade. En su propio trabajo, los sensuales ganchos pop se mezclan con los rasgueos de guitarra; los ritmos latinos bañados por el sol coquetean con el afropop jubiloso. Al principio publicó música con su nombre real. Pero pronto se sintió atrapada por el encasillamiento de las artistas negras en la industria, y empezó de nuevo con un nombre tomado de su segundo nombre, Margaery.

Su single de 2019, “Rocking Chair”, una magnífica composición de sombrías notas de piano y dramáticas ráfagas de violín, puso a Mysie en el punto de mira del público. Luego, el año pasado, recibió el premio inaugural Ivor Novello Rising Star, que le asignó el productor británico Fraser T Smith (conocido por su trabajo con Stormzy, Adele y Dave) como mentor. “Congeniamos al instante”, recuerda Mysie.

Desde entonces ha firmado con el sello de Smith, 70Hz, y Smith ha producido de forma ejecutiva su segundo EP, el enigmático Undertonesjunto con su próximo proyecto, Joyride. En las primeras colaboraciones, como “In My Mind”, los fans escucharán ecos de Radiohead, así como guiños a los himnos temblorosos y devocionales de serpentwithfeet. Lo que siempre destaca es la voz de Mysie, que puede pasar de un falsete suave a un croon profundo y aterciopelado.

Joyride se grabó en el vanguardista estudio de Smith en Henley-on-Thames, donde animó a Mysie a profundizar en sus sentimientos sobre los últimos estertores de una relación duradera. “Me negaba por completo y no quería acceder a ese tema, porque me dolía mucho la idea de que la relación se acabara”, dice. Exploró el lado más impulsivo de su naturaleza romántica en el single de Undertones “Seven Nights”, en el que canta sobre volar a Italia para estar con su amante. “Siempre supe que este momento era una fantasía/ Al sur del río es donde debo estar…”.

Fue un periodo tumultuoso en su vida. “Me lanzaba a una relación porque era lo que realmente quería”, dice. “Me encanta el amor, me encanta la lujuria, todos esos sentimientos. Es como: ‘Quiero que seas mía'”. Pero es fácil olvidar la realidad. “Sueñas con un futuro con esa persona, con cosas que no están delante de ti”, coincide. “El ideal. Así que ahora realmente intento quedarme aquí, en la realidad de lo que está pasando ahora.”

El Joyride EP es una viñeta de la relación a lo largo de sus cinco años de duración. Comienza con la canción que da título al disco, con un rico sonido de bajo, mientras Mysie intenta resistirse a la “aventura fatal” que sabe que le espera: “No quiero enamorarme de ti/ A menos que pueda tenerte”. En “Birthstones”, su tono se vuelve más grave, más serio, sobre unas palmas flamencas que, según ella, están inspiradas en la artista española Rosalía. Fue escrita durante las primeras fases de la pandemia, cuando la pareja de Mysie decidió volar a casa para estar con su familia. “Fue muy doloroso”, dice. “[In the song] Le digo: ‘Lucharé por ella… pero tú también tienes que luchar por ella conmigo'”.

Hay una tensión embriagadora que se arremolina en “Gin and Juice”, en el riff de bajo deudor de Fleetwood Mac y en los deliciosos twangs de la guitarra eléctrica. “Es, sin duda, la canción más traviesa del EP”, dice con una sonrisa. “Trata de tener un ojo errante durante una relación de larga duración, de ver a alguien en una fiesta y de que te guste. Y ni siquiera querer que pase algo, sólo querer la atención, y la diversión de eso”.

Aunque su relación comenzó antes de la pandemia, se pregunta si los cierres en el Reino Unido provocaron que otros se lanzaran a situaciones similares. “Mientras escribía el EP, las relaciones de todos mis amigos estaban implosionando”, dice. “Fue una época intensa”. Es una romántica clásica: “Siempre estoy anhelando”. Y aprendió mucho de ese momento tan seriorelación. “Sé que cortaría algo de raíz si viera ciertos comportamientos”, dice. Y después de la tormenta, hay esperanza, como canta en el cierre del EP, “After the Storm”. Está inspirada en una letra de “Me, Myself and I”, el single de Beyoncé de 2003: “Hay algo que expresa el dolor…”.

Mysie dice que está llegando a la conclusión de que todos necesitamos lidiar con algunos huevos podridos para descubrir con quién queremos estar, qué queremos para nosotros mismos. “Todavía estoy llegando a un acuerdo con ello”, dice. “Es un viaje”.

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