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Nope, de Jordan Peele, se ve increíble en una pantalla gigante, pero ¿fue un gran error filmarla para IMAX?

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Fara su tercera película en la silla de director, el maestro del cine Jordan Peele ha decidido ir a lo grande. Gargantuesco, de hecho. Una ciencia ficción fantástica que trata de los ovnis, la herencia de Hollywood y los desgarradores asesinatos de las comedias de situación en el plató, Nope se rodó con cámaras IMAX -todos los carteles promocionales de la película lo dicen con orgullo-, lo que la eleva del estatus de superproducción tradicional al de espectáculo veraniego sensacional. Con cámaras de súper alta resolución y un llamativo sistema de sonido a su disposición, la inteligente visión del cine de terror que Peele puso en marcha en 2019 Nosotros y en la de 2017 Get Out no hace más que engrandecerse.

Comenzamos contemplando las impresionantes vistas de un pueblo ficticio del desierto californiano donde los hermanos OJ (Daniel Kaluuya) y Emerald (Keke Palmer) dirigen ahora el rancho de caballos de la familia tras la muerte de su padre debido a la siniestra metralla que llueve del cielo. Cuando se descubre que estos sospechosos sucesos se deben a una nave espacial maliciosa, los épicos efectos visuales IMAX de la película adquieren todo su sentido. Y no se trata sólo de cómo se ven las cosas, sino de cómo suenan. OJ y Emerald están decididos a grabar el tímido OVNI, pero hasta que lo consiguen, tenemos una serie de ruidos ultra espeluznantes y súper envolventes -desde el silbido del viento hasta el relincho de los caballos- que se abren paso en tu cabeza de forma más clara y fuerte de lo que tu Dolby estándar podría conseguir.

Tuve la suerte de ver Nope en el IMAX del legendario Teatro Chino de Hollywood, y se trata de una película que merece ser vista en una sala de cine como ésta, en una de las pantallas personalizadas del formato, ya que de lo contrario se corre el riesgo de pasar por alto la majestuosidad prevista de la película. Sin embargo, con sólo 11 pantallas IMAX adecuadas en el Reino Unido y la mayoría de los estados de EE.UU. con sólo un par de ellas como máximo, por no mencionar que el coste de las entradas es significativamente más caro, es probable que la mayoría de los espectadores se limiten a coger Nope en el multicine local. O, lo que es peor, esperarán a que llegue a los servicios de streaming este otoño y la verán en la cama en la pantalla de un portátil de 13 pulgadas.

En la mezcla con un montón de formatos cinematográficos experimentales ahora obsoletos -hasta pronto Cinerama, adiós Smell-O-Vision, apenas te conocimos Interfilm-, IMAX ha existido desde principios de la década de 1970. Sin embargo, durante la mayor parte de su vida, cumplió un propósito que tenía tanto de educación como de entretenimiento. En lugar de proyectar las mismas películas que un cine normal, el IMAX se hizo famoso por albergar vistosos documentales rodados para impresionar al espectador por su gran escala, que abarcaban desde los incendios petrolíferos de Kuwait hasta las selvas tropicales y las carreras de automóviles. La primera película que vi en IMAX fue la de 1991 Antártidauna maravilla de 38 minutos sobre la espectacular topografía del continente. Era impresionante, pero recuerdo haber pensado que no era ni de lejos tan buena como La Sirenita.

Hasta 2002 no se empezaron a convertir los largometrajes regulares al formato, y mucho más tarde se empezaron a rodar en IMAX, e incluso entonces sólo parcialmente debido a las complicaciones relacionadas con el volumen de las cámaras y el exceso de ruido que creaban las primeras iteraciones.

En 2018, con una nueva generación de cámaras que sorteaba estos problemas, se rodaría el primer largometraje en IMAX. Desde entonces, Top Gun: Maverick, Dune y ahora Nope lo han utilizado de forma espectacular en su beneficio. Tal es la obsesión de Peele con el formato que actualmente está trabajando con la marca para desarrollar nuevas cámaras IMAX junto a Christopher Nolan, que rodó el próximo drama sobre la bomba atómica Oppenheimer en IMAX y lo llama el “estándar de oro” de la cinematografía.

“Hay un tipo diferente de inmersión que ocurre con IMAX y hay un tipo diferente de resolución”, explicó Peele recientemente a Collider. “Una vez que diriges en IMAX, se produce una verdadera intoxicación. Es difícil. Las posibilidades se abren tanto cuando ves ese formato y te sientes como, ‘Oh, espera un segundo. Puedo estar en algún lugar en un sentido más real’. Es bastante adictivo”. Todo esto es ciertamente cierto, pero si no estás viendo Nope en una pantalla IMAX, ¿se perderá gran parte del duro trabajo de Peele? Lamentablemente, la respuesta podría ser sí.

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