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¿Por qué el CGI de She-Hulk es tan terrible?

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DNo lo hagas enojar. No te gustará cuando esté enfadado. Es… muy caro de animar cuando está enfadado. Así es como decía la vieja frase, ¿no?

Marvel’s She-Hulk: Abogado se estrenó en Disney+ este jueves (18 de agosto). Una comedia legal ambientada en el Universo Cinematográfico Marvel interconectado, la serie de nueve episodios se centra en Jennifer Walters (Tatiana Maslany), la prima de Bruce “Hulk” Banner (Mark Ruffalo). Es una abogada con talento que se ve imbuida de poderes similares a los de Hulk tras contaminarse accidentalmente con parte de la sangre de Banner. Todos sabemos cómo funciona a partir de ahí: primero se vuelve mala, luego se vuelve verde.

Incluso antes de que la serie se estrenara, había levantado algunas cejas. El tráiler fue llevado al tribunal de los canguros de Twitter y condenado a una semana de duras burlas; los fans se apresuraron a ridiculizar el aparentemente dudoso CGI utilizado para representar a Maslany como su gran alter-ego viridiscente. Independientemente de lo que se piense sobre el aspecto de She-Hulk en el producto final -personalmente, no estoy seguro del fotorrealismo que la gente esperaba encontrar en un monstruo radiactivo de dos metros de altura-, está claro desde el principio que las preocupaciones sobre el CGI eran válidas. El punto álgido llega al final del primer episodio, cuando los dos Hulks comienzan a enfrentarse en un remoto refugio de la selva. La pelea se convierte rápidamente en una fea mancha de efectos digitales ingrávidos y baratos.

A pesar de producir la franquicia cinematográfica más grande y rentable del mundo, Marvel Studios (una filial de Disney), ha visto cómo sus efectos visuales han sido objeto de un creciente escrutinio en los últimos meses. A pesar de los muchos millones de dólares invertidos en efectos especiales, el resultado final suele ser completamente hortera. Hay excepciones, por supuesto: la paleta de colores vivos y estilizados de Guardianes de la Galaxia 2algunas de las secuencias de la reciente película de Sam Raimi Doctor Strange secuela; partes de WandaVision que jugaban con diferentes estéticas influenciadas por la televisión. Pero, en su mayor parte, Marvel se ha convertido en sinónimo de un cierto tipo de paja VFX ampulosa y sin encanto. ¿No es de extrañar que la franquicia se considere cada vez más la respuesta del cine a la comida rápida?

Esta monstruosidad visual se ha convertido en un rasgo tan característico de la obra de Marvel que incluso los cineastas han empezado a llamar la atención sobre ella. Hace un par de meses, Taika Waititi se burló sin gracia de algunos de los CGI de su reciente película Thor: Amor y Trueno(aunque no se puede negar que la escena en cuestión resultaba extraña y descuidada). Muchos se han apresurado a defender a las casas de VFX que Marvel emplea para implementar sus numerosos efectos especiales; han argumentado que la culpa recae directamente sobre los pies de Marvel.

“Trabajar en las series de #Marvel es lo que me empujó a dejar la industria de los VFX”, tuiteó Dhruv Govil, un artista que trabajó en películas como Spider-Man: Homecoming y Guardianes de la Galaxia. “Son un cliente horrible, y he visto a demasiados compañeros derrumbarse tras el exceso de trabajo, mientras Marvel aprieta las tuercas”. Otros han afirmado lo mismo. Marvel exige cambios masivos con poca antelación, y supuestamente mueve los plazos sin avisar. Da la impresión de que es un milagro que los efectos especiales acaben siendo remotamente utilizables.

Jessica Gao, She-HulkLa creadora de She-Hulk ha hablado de su propia desconexión de los efectos visuales. “La máquina se pone a rodar”, dijo a Variety. “Puedes intentar insertarte todo lo que puedas, pero en un momento dado, te ves obligado a quitarte de en medio”. En la misma entrevista, admitió que, tras darle inicialmente “carta blanca”, el estudio no dejaba de pedirle que cortara las escenas en las que aparecía She-Hulk para aliviar la carga de los efectos especiales.

La ironía, al menos con She-Hulkes que se trata de un problema que ha creado la propia Marvel. Aunque la producción de sus numerosas series de televisión cuesta decenas de millones de dólares cada una, sus presupuestos son sustancialmente más bajos que los de las películas estrenadas en el cine, y tienen que extenderse a lo largo de una mayor duración, con temporadas de seis o nueve episodios. A pesar de su creciente protagonismo en la estrategia de los estudios, los programas de televisión siguen sin recibir los presupuestos de las grandes películas de Hollywood, y por una buena razón: no recuperan ese dinero. Pero mientras que la televisión tradicional anterior a la emisión encontraba formas de adaptarse a las limitaciones presupuestarias del medio, concretamente reduciendo los decorados, reutilizando los escenarios y las localizaciones, renunciando a los actores de renombre y conformándose conefectos prácticos más baratos cuando sea necesario – She-Hulk en cambio, intenta aproximarse al valor de producción de las películas de éxito de Marvel. No debería sorprender que esto no funcione.

Al fin y al cabo, unos cuantos efectos especiales de mala calidad no son el fin del mundo. El público siempre ha sido capaz de pasar por alto uno o dos gráficos de mala calidad si están al servicio de una escena bien escrita y actuada. Solo hay que ver Buffy the Vampire Slayer y Doctor Who. Pero con demasiada frecuencia, el tambaleante CGI de Marvel simplemente expone los problemas más profundos de su ejecución. La pelea entre Hulk y She-Hulk hacia el final de She-Hulk episodio uno no es sólo mala por el apresurado CGI. Es dramáticamente inerte, con una puesta en escena sin sentido y, en el caso de Ruffalo, con una actuación muy poco convincente. (El giro de Bruce Banner hacia la comedia ligera ciertamente no le hace ningún favor a la habitualmente robusta interpretación de Ruffalo).

Se supone que, bueno, marvel con el espectáculo de todo ello. Pero en una época en la que el CGI de gama alta ha dominado más o menos la ilusión del fotorrealismo, el listón de lo que el público llega a aceptar, incluso subconscientemente, de los efectos visuales se está elevando constantemente. Marvel tiene que empezar a superarlo, o encontrar una forma mejor de contar sus historias.

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