“En realidad no tengo tres testículos”, dice Lily Fontaine.
La cantante y letrista de English Teacher explica la génesis del tema que da título a su primer EP en una caótica llamada de Zoom con la banda.
El nombre del tema, “Polyawkward”, deriva del término poliorcético, que se refiere a alguien con más de dos testículos. Fontaine utiliza esta idea como metáfora para pintar una imagen de su secreta “torpeza social”, dirigiéndose a lo sincero a través de lo tonto, sin que se produzca entre la charla y la canción.
Alrededor de sus letras de doble filo, la banda hace exclamaciones extravagantes y riffs teatrales. Es visual, impulsivo y emocionante, construyendo tensión y luego liberándola.
English Teacher vienen de hacer tres presentaciones en Glastonbury. Formada en Leeds en 2020, la banda está formada por Fontaine (voz, guitarra, sintetizador), Nick Eden (bajo), Douglas Frost (batería, voz) y Lewis Whiting (guitarra principal).
Se unen a mí desde diferentes rincones del país mientras lidiamos con la dosis habitual de micrófonos apagados, mala conexión y el gato de Frost, Héctor, maullando durante todo el tiempo.
Enseguida se ve que esta banda tiene algo más que sinergia musical; también hay respeto y amor en la mezcla: “Es lo más colaborativo en lo que he estado”, dice Whiting, mientras que Frost atribuye la armonía de la banda a su capacidad para darse su propio espacio: “estamos muy cómodos con el silencio”.
Dadas sus ruidosas guitarras y el uso del “sprechgesang”, no es de extrañar que la banda se haya visto envuelta en el perezoso etiquetado de un renacimiento “post-punk”. Bandas como Black Midi, Wet Leg y Sorry han sido asignadas a este género, lo cual es problemático, dada la marcada diferencia en sus sonidos.
English Teacher quieren desmarcarse de esta narrativa: “No creo que el término post-punk sea erróneo”, dice Fontaine, “sólo creo que si pones tantas cosas que suenan completamente diferentes en la frase post-punk o en cualquier género, entonces se vuelve obsoleta.”
Entonces, ¿qué? hacer suenan? “Arts indie”, dice Eden, antes de que Whiting intervenga: “música de guitarra ruidosa y tonta”.
“Esa es una respuesta menos pretenciosa”, coincide Eden, antes de que Fontaine diga diplomáticamente: “Creo que ambos tienen razón”. Finalmente, Frost se lanza al ruedo: “silly-billy wonky-tonky honkytonk”, decide.
English Teacher son ingeniosos y se autodesprecian por su ambigüedad sonora, pero no hay falta de talento. De hecho, esta sopa de encanto y originalidad les hace más entrañables.
En su EP de debut Polyawkward (publicado a través de Nice Swan en marzo) la variedad y la yuxtaposición son la clave refrescante de la música; a lo largo de los cinco temas hay cambios de ritmo, humor y sinceridad, surrealismo y experiencias personales.
Mientras sus letras acaparan la atención, la música no se queda en absoluto en un segundo plano, lo que queda perfectamente demostrado en “Yorkshire Tapas”, donde un principio hablado y un final instrumental permiten que ambos reciban la atención que merecen.
En cuanto a las letras, Fontaine tiene la habilidad de articular tanto lo personal como lo universal, pasando de los temas más amplios a las experiencias más íntimas: “Llaves vestidas de lujo como un brazalete de manga/ Camino hacia la noche/ Trato de no pensar en el amor/ Y en cómo te lleva a casa a salvo/ Y luego desordena la casa”.
Las palabras de “Polyawkward” abordan muchos temas, pero sobre todo articulan un preocupante regreso a casa desde una fiesta que Fontaine había abandonado antes de tiempo debido a la ansiedad social.
Recuerda que “deseaba tener a alguien conmigo” debido a la perspectiva “aterradora” de hacer el viaje sola en la oscuridad. Fontaine compara sus “secretos subyacentes de las cosas que trato en mi cerebro” con la idea de “tener ese testículo secreto escondido”.
La habilidad de la banda para combinar el ingenio con la franqueza queda patente también en “Good Grief”, donde los riffs pantanosos se encuentran con la conmoción lírica de Fontaine. Observando las atrocidades de la pandemia a través de la personificación de la aplicación NHS, grita: “Track ha visto suficiente este año/ De todo y de todos menos de Trace”.
Es sólo un ejemplo de la narración cínica y a la vez juguetona que esperamos de la banda. Muy influenciado por el arte y la prosa surrealistas -especialmente Franz Kafka y Salvador Dalí-, Fontaine encuentra inspiración y comodidad en el concepto: “A veces creo que el surrealismo es más cercano”, dice. “Me hace sentir algo porque la vida es tanraro”.
Es una suerte, porque el destino ha querido que la banda se acostumbre a lo surrealista. Tras quedar en tercer lugar en el concurso de talentos emergentes de Glastonbury, se les dio la oportunidad de actuar en el festival.
El espacio de John Peel hizo llorar a Fontaine. “Fue todo por publicidad”, reflexiona Frost en broma, antes de que Fontaine le diga rápidamente “¡que se joda!”. “No, fue un momento tan especial”, dice sinceramente.
Fontaine recuerda que una joven del público le entregó una foto polaroid de sí misma: “¡Yo era ella! Esa es la posición en la que estaba y siempre quise ser la que estaba en el escenario”, continúa. “En momentos como ése te sientes orgullosa de ti misma por ir realmente a por ello e intentar ser esa persona”.
Frost está de acuerdo: “Nunca me imaginé tocando en estos escenarios, y de repente, tres años después, lo estamos haciendo y me he dado cuenta de ello”. Parece que lo está procesando mientras habla.
Con estas enormes oportunidades que se presentan tan pronto para la banda, les pregunto cómo superan las ansiedades de tales experiencias: “Hago muchas cagadas”, explica Frost. “¡Pensaba que ibas a decir alcohol!”, ríe Fontaine. “¡Oh, sí, alcohol! Alcohol y caca”, asiente Frost.
Para una banda tan autocomplaciente, el creciente bombo y platillo no hace más que aumentar la ansiedad: “Es un arma de doble filo en ese sentido”, reflexiona Fontaine, “es una buena oportunidad y es increíble, nunca lo cambiaré, pero somos tan pequeños”.
Frost está de acuerdo: “Tocar en John Peel en una etapa tan temprana da la sensación de que la gente va a esperar mucho de nosotros, cuando en realidad todavía estamos tratando de averiguar las cosas”.
Esta presión subyacente se refiere al inevitable álbum de debut, ahora con tantos intereses en juego.
La banda insiste en que se tomará su tiempo para hacerlo bien: “Queremos canciones que nos hagan sentir orgullosos de lo que hemos hecho”, dice Frost, “no queremos hacer sólo lo que ellos quieren que hagamos.”
Me pregunto si estas preocupaciones se extienden al juicio de sus fans: “Me preocupa lo que piensen los demás; es una gran desilusión”, dice Frost. Fontaine está de acuerdo: “Creo que es una de las principales razones por las que me cuesta escribir”.
Sin embargo, es una combinación poderosa; una banda tan deseosa de complacer a sus oyentes como de ser fiel a sí misma.
Esta integridad se extiende incluso a las redes sociales, a pesar de la nueva presión que sufren las bandas para ser constantemente visibles. Son cautelosos con su presencia en Internet: “He decidido que quiero alejarme de ello personalmente, mantener todo en privado.
“De momento estamos muy, muy poco en el ojo público, pero ya no me está gustando tanto”, dice Frost. “Sin embargo, sé que se acerca”, comenta Fontaine sobre el inminente horror de los TikToks forzados. Frost interviene:
“Pero no lo vamos a hacer, porque no somos nosotros. No vamos a seguir las tendencias, no nos imagino haciendo algo así”. Esta clara preocupación por la autenticidad es quizá una de las cosas más llamativas del cuarteto de Leeds.
Con tantas bandas que salen a la luz después de la pandemia, English Teacher tienen en mente, con razón, la longevidad: “Va a ser difícil abrirse camino y ser uno de los artistas que permanezcan durante un largo periodo de tiempo. Será interesante ver cómo resulta”, dice Frost con consideración.
Pero destacar no parece irle mal a la banda, testículos incluidos.
Fontaine quiere aclarar que no hay nada de malo en las poliorcéticas, imaginando un momento de círculo completo si conociera a una persona así: “Conociéndome, lo idealizaría y pensaría que es el destino”, dice. “De hecho, si alguien que lea esto tiene más de dos testículos, que me llame”.
‘Polyawkward’ ya está a la venta.
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