T su cerdito fue al mercado. Este cerdito se quedó en casa. Este cerdito tuvo una carrera en Hollywood… y este cerdito se hizo viral. No sé si Chris Pratt habrá reescrito alguna vez la letra de la vieja canción infantil mientras se la arrulla a sus hijos pequeños – pero después de los últimos días, seguro que se lo está planteando. Al fin y al cabo, ésta debería haber sido una semana redonda para el actor. Actualmente está al frente de la última superproducción de Disney que pronto será un éxito de taquilla, Guardianes de la Galaxia Vol 3 , una película que nuestro crítico consideró la mejor película de Marvel en años . The Super Mario Bros Movie , una película de animación para niños en la que él era el protagonista, acaba de superar los 1.000 millones de dólares en taquilla y no para de batir récords. Y, sin embargo, Pratt se ha hecho viral por el motivo menos previsible: compartir (y hacer meme repetidamente) una fotografía de su uña del pie llena de costras.
La industria cinematográfica, tal como la conocemos, no es la esfera políticamente más diversa de la vida pública. El estereotipo de “liberal luvvie” está vivito y coleando: echa un vistazo a la lista de compañeros de Pratt’en Marvel, y encontrarás un conjunto uniforme de demócratas de izquierdas, desde Chris Evans a Mark Ruffalo o Paul Rudd. De hecho, en y abrazar a su apestoso interior, de una forma muy parecida a como Ryan Reynolds, un superhéroe con traje (en Linterna Verde ), lo hizo en Adventureland . Si recordamos el papel de Pratt, como el simplón Andy Dwyer en Parks and Recreation de la NBC, es interesante observar las capas que faltan en los trabajos posteriores de Pratt. Como Andy, era adorable, sí, pero también capaz de ser insensible, de herir a la gente con su inconsciencia o su bufonería general. Los papeles más recientes de Pratt, como el de Star-Lord de Marvel y el de Owen Grady de Jurassic World, han eliminado estas aristas, reduciéndolas a una simpatía anodina.
Pero sigue sin ser correcto descartar a Pratt como actor. Si vemos Guardianes Vol. 3 es difícil negar que Pratt todavía tiene algo ahí: aspecto, ligereza, una pizca de encanto. ¿Desde cuándo Hollywood pide más que eso? No pasa nada si no te gusta como actor, pero es difícil evitar la sensación de que gran parte de la reacción contra Pratt (¿la Prattlash?) se debe a un nebuloso rencor político. Como la uña de su propio pie, Pratt siempre será desagradable para algunos. Pero, como una uña del pie, también está aquí por una razón.
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