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Reseña de Dolly Parton, Run Rose Run: La reina de la música country se lo pasa en grande narrando esta historia deliciosamente disparatada

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“Bajo ese exterior dulce y con cara de muñeca, había algo feroz y furioso en AnnieLee Keyes. Algún oscuro dolor impulsaba esas tuberías; Ruthanna estaba segura de ello…” ¡Oh, sí! Dolly Parton se ha asociado con el exitoso novelista James Patterson para escribir un thriller. El libro, publicado el 7 de marzo, es una historia deliciosa sobre una joven cantautora (AnnieLee) que lucha por librarse de su turbio pasado y hacer carrera en Nashville.

La estrella de la música country, de 74 años, siempre atenta a las oportunidades de marketing, se dio cuenta de que a los fans les encantaría un álbum inspirado en los personajes de Run Rose Run. Como una de las mejores compositoras narrativas de todos los tiempos, está claro que se lo ha pasado en grande y ha aprovechado el impulso de la trama de misterio para estas 12 canciones originales.

El 48º disco de Parton (¡cuéntalo!) comienza con un ritmo de bluegrass de lo más chiflado con “Run”. Sonando tan fresca como siempre, Parton toma el timón en su modo de entrenadora de vida sin tonterías y con incrustaciones de diamantes de imitación, mientras insta a su heroína: “Niégate a ser controlada por nadie… cura el pasado y sigue mejorando/ ¡Haz un plan y luego cúmplelo!”. El banjo y el violín patinan vertiginosamente a su paso mientras ella repite: “¡Corre! ¡Corre! ¡Corre! Vamos”. Bueno, uno no discute con Dolly, ¿verdad?

Todos los temas se presentan con la garra y la propulsión propias de Parton. Sobre la armónica ululante del sencillo bailable “Big Dreams and Faded Dreams”, promete “sacar mi pulgar y desear suerte/ Para enganchar un coche, un semicamión”. Hay un dúo de baile lento con Ben Haggard llamado “Demons” (en el que AnnieLee se enamora de un veterano del ejército convertido en músico de sesión con enormes bíceps y un alma sensible). Juntos, el dúo intercambia confidencias sobre el dolor de su pasado. Haggard parece más curtido que sus 29 años, al igual que Parton, de voz temblorosa, parece lo suficientemente joven como para temblar en sus brazos.

Canciones como la alegre “Driven” y la contundente “Woman Up and Take it Like a Man” son perfectamente adecuadas para una mujer que siempre ha creído que no hay nada que no pueda hacer si se lo propone. Se divierte con un poco de blues gótico en “Snakes in the Grass”: contra el turbio deslizamiento de una guitarra de acero, advierte de los personajes venenosos que acechan en el negocio de la música. “Tengan cuidado con lo que pisan, porque yo mismo he pasado por ello… Atacan en un instante, así que más vale que se cuiden el culossss”, sisea.

Y, por supuesto, hay un final feliz con “Dark Night, Bright Future”, un cierre azulado de “Run”. Nos apagamos con la balada sentimental al estilo Disney “Love or Lust”. Como siempre, uno se queda maravillado con la capacidad de Parton para sacar provecho de su hábil profesionalidad, sin comprometer nunca su enorme corazón y su espíritu chispeante.

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