“¡Es malo b**** en punto!” declara Lizzo, en su irresistible cuarto álbum, Especial. Adorada universalmente como un “faro de positividad corporal”, la cantante de 34 años establece una conexión tan directa, cálida y motivadora con los oyentes que te quedas con la sensación de que te ha servido una bebida que podrías chafar contra los altavoces mientras éstos se llenan de un pop exuberante que hace guiños a las grapas de las fiestas vintage de los años setenta y ochenta. La cantante se hace eco de la caja de himnos para bodas de todos los DJ’s: “Respect Yourself” de The Staple Singers, “Flashdance… What a Feeling” de Irene Cara, “Dancing on the Ceiling” de Lionel Ritchie, “Rhythm is Gonna Get You” de Gloria Estefan y “Good Times” de Chic.
Han pasado tres años desde que lanzó su álbum de éxito, Cuz I Love You (con los singles “Juice” y “Tempo”). Con el ritmo trepidante de la nueva canción “The Sign”, nos dice que “ha estado en casa desde 2020… haciendo twerking y batidos/ Se llama curación/ Y me siento mejor desde la última vez que me visteis/ He estado entrenando, puedo flexionar ese culo/ Así que cuando lo sacudo, puedo sacudirlo rápido/ ¡Haz que esa cámara parpadee!”.
Si has visto el fabuloso vídeo del single “About Damn Time” (en el que asiste a un grupo de apoyo de un colegio comunitario en sudaderas grises y acaba iluminando los pasillos con un catsuit de lentejuelas), ya habrás captado el ambiente de empoderamiento: “¡Soy demasiado buena para estar tan estresada!”
Después de haber encontrado su autoestima, ahora tiene la misión de elevar también a los que la rodean. Así que Especial rebosa de amor y gratitud hacia sus amigos, familia, amantes y fans. Grita a sus damas en la estupenda “Grrrls”. Sobre un bajo profundo y tambaleante, ofrece una celebración realista de la amistad, concediendo a su mejor amiga: “Sí, nos peleamos, no te metas… Este es el tipo de pelea que busco”. Lizzo fue denunciada por la comunidad de discapacitados por utilizar la palabra “s***” en una versión anterior de esta canción. Pero escuchó las quejas, se disculpó y la volvió a grabar. No hay problema.
Con el bajo funky y los metales de carnaval de “Everybody’s Gay” (que hace referencia a “Thriller” de Michael Jackson tanto en la melodía como en la letra, que habla de monstruos y fenómenos), asegura a los que comparten su ansiedad: “Es un lugar feliz aquí, nena, estás a salvo/ Podemos quitarnos la máscara/ Todos podemos bailar y jugar”. Y en cuestión de segundos te empuja a la pista de baile: “¡Vístete, desestresate!”. Convenciendo, haciendo el tonto, maldiciendo y mandando: “¡Sujeta mi bolsa, b****!” Con una narrativa ingeniosa y fácil de entender, y con ganchos alegres (a veces descaradamente cursis), actúa exactamente igual que ese amigo (todos tenemos uno) que siempre te levanta de la silla al final de la noche, haciéndose el tonto y el sexy por turnos hasta que te dejas llevar por el ritmo.
Cita “Yellow” de Coldplay (que ella describió como una “canción para hacer bebés” en una entrevista con Zane Lowe) en la canción de amor “Coldplay”. También samplea “Doo Wop (That Thing)” de Lauryn Hill en la conmovedora “Break Up Twice”, una guitarra de los años 50 que se funde con un ritmo de baile lento, mientras cuenta la historia de un chico al que está dispuesta a dar otra oportunidad.
Con tanta atención puesta constantemente en su actitud y apariencia, no creo que Lizzo reciba suficiente crédito por su rango vocal. Su flujo de rap tiene una fuerza tencil tremenda. Cuando canta, lo hace tanto como una cantante de campanillas como de baladas. En la lenta y poderosa jam “Naked”, pone todo su corazón en las curvas íntimas de cada línea de la melodía, acariciando cada nota como si pidiera a su amante que acariciara su cuerpo: “Baja la guardia/ Desabrocha mi bata… Soy una chica grande no lo desperdicies”.
Especial termina con un mensaje hablado de la cantante, animando a los fans a respetarse a sí mismos y a los demás. Dice que espera que haya hecho que los fans “lloren, rían, bailen, hagan twerking, hagan splits, hagan lo que quieran hacer…” Un poco cursi, pero también innegablemente encantador. Especial es bueno como el infierno.
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