Nick Carlton lleva gafas de sol, conduce un Porsche y fuma una cantidad desmesurada de droga. Este es el personaje interpretado por William Hurt en la película de Lawrence Kasdan The Big Chill (1983), que se rodó este año hace 40 años. Es una de las interpretaciones más vivas de Hurt en la pantalla, punzante y convincente.
“¿Así que volviste de Vietnam como un hombre cambiado?” se pregunta Nick en una entrevista que graba, preguntándose por qué tiene tantos problemas con “esto de terminar” y nunca termina nada de lo que empieza.
La película nos recuerda el inmenso pero discreto poder de Hurt en la pantalla. La estrella, que murió a los 71 años a principios de esta semana, tuvo una vida privada accidentada y fue acusado de abuso físico por Marlee Matlin, la intérprete sorda con la que coprotagonizó Hijos de un dios menor (1986). En sus mejores papeles, tenía un carisma extraño y enigmático. Podía interpretar a personajes sardónicos, cínicos, reprimidos o incluso asesinos sin perder la simpatía del público. No se puede evitar sentir cariño por él en The Big Chill porque le importa muy poco congraciarse con nadie. Se complace en ser franco y odioso, pero es evidente que sufre.
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