Blondela nueva película de Netflix de Andrew Dominik, añade tantos matices a la idea de Marilyn Monroe como los que se pueden extraer de un examen ginecológico. La estrella del cine ha sido considerada durante mucho tiempo como una figura trágica, una mujer maltratada por los estudios de Hollywood, por su marido Joe DiMaggio y, de niña, por su madre enferma. En lugar de desafiar la narrativa convencional, la película de pesadilla del director Dominik, adaptada de la novela ficticia de Joyce Carol Oates del año 2000, la lleva a un lugar aún más oscuro y más invasivo. Si quieres entender a Marilyn Monroe, sugiere, primero tienes que meterte en su útero.
Este sombrío drama nos lleva a las profundidades inexploradas de la vagina de Marilyn Monroe varias veces a lo largo de sus sorprendentes 2 horas y 45 minutos de duración. No voy a hacer “spoilers” de todas ellas, pero en la primera hora de la película, vemos a Monroe, interpretada con una angustiosa fragilidad por Ana de Armas, agarrándose excitadamente el vientre mientras la cámara corta a su vientre resplandeciente, que se completa con un feto espectralmente retroiluminado. Unas escenas más tarde, seguimos a Marilyn hasta la mesa de operaciones, donde los médicos le practican un aborto que no ha consentido. “Por favor, ¿no vas a escuchar? He cambiado de opinión”, suplica, mientras el médico le introduce el espéculo, un procedimiento que se describe de forma espantosa, desde el punto de vista del cuello del útero de Marilyn.
Dominik insiste en el principio animador de su película, que a su vez parece derivado de aquella famosa frase de Rita Hayworth sobre su papel cinematográfico más icónico y seductor: “Los hombres se acuestan con Gilda y se despiertan conmigo”. En Blondelos aduladores y los peces gordos que esperan conseguir un trozo de la estrella de Hollywood se encuentran con una mujer más tímida y desesperada llamada Norma Jeane, que resulta ser idéntica a Marilyn Monroe. Esto podría ser interesante como una observación de pasada, pero la película hace este punto una y otra vez. “Es guapa, pero no soy yo”, dice Norma Jeane, mirando una glamurosa foto suya en una revista. “F*** Marilyn”, grita Norma Jeane más tarde al teléfono. “Ella no está aquí”.
Si lo que quiere decir Dominik es que Marilyn es una invención – “el primer juguete del bebé”, señala crípticamente uno de sus amantes-, entonces quizá estas escenas de horror corporal insoportable sean el medio sádico del director para recordarnos que ella es más que su proyección bidimensional. Si se somete a Marilyn Monroe a la coacción de un aborto no deseado, ¿no grita ella en una agonía sin palabras? Y si Norma Jeane se queda embarazada de nuevo años más tarde, ¿no adquiere su feto no nacido la capacidad del habla humana?
Te prometo que has leído bien. En una de las secuencias corporales más perturbadoras de la película, el feto sorprendentemente parlanchín de Marilyn -que de alguna manera también posee conocimiento de su anterior aborto- suplica a su anfitriona que deje que el embarazo siga adelante. No sólo está “vivo” a los ojos de Rubiasino que tiene voluntad. Marilyn puede oírlo. Le responde en voz alta como si estuvieran conversando. Tuve que ver esta escena varias veces para estar seguro de que no estaba alucinando, pero no – justo en medio de Rubia, hay un trastornado Mira quién habla precuela.
Como cuestión política, estas escenas de una mujer cargada con años de arrepentimiento por el aborto son muy controvertidas. Como modo de narración, son totalmente alienantes. Marilyn Monroe nunca parece menos real que cuando dialoga alegremente con el niño no nacido en su vientre fantásticamente radiante. ¿Debo creer que todas las estrellas de cine están iluminadas por dentro?
Marilyn tampoco se siente más como un juguete de Hollywood que cuando Dominik la somete a una sangrienta violencia sexual y médica, sondeándola literalmente, y representando bárbaramente lo que se siente al ser una de las mujeres más famosas del siglo XX desde dentro. Rubia no es una película sobre la explotación de Marilyn Monroe, sino una nueva marca de agua baja en el tratamiento de Hollywood de ella – un objeto sexual reducido a un órgano sexual.
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