¿Es una comedia romántica sin una serie de malentendidos que amenazan con separar a la chica y al chico? Con un guiño y un codazo, la comediante Rose Matafeo ha introducido un par de dosis del tropo del malentendido en el tercer acto en Starstruck temporada. En la segunda temporada, ha echado toda la carne en el asador.
La última vez que vimos a Jessie, la entrañable y gárrula acomodadora de cine de Matafeo, había decidido que no iba a funcionar con Tom Kapoor (Nikesh Patel), la estrella de cine con la que había tenido accidentalmente una aventura de una noche. “Él es un actor famoso y tú no eres nadie”, le dijo sutilmente su compañera de piso. Jessie se subió a un autobús hacia Heathrow, con la intención de volar a su casa en Nueva Zelanda y dejar atrás su vida en Londres. La nueva serie comienza con Jessie y Tom en ese mismo autobús. Ella no se baja en Heathrow.
Lo que sigue es un día de incertidumbre: Tom se pregunta si Jessie realmente quiere quedarse y si lo hizo por él; Jessie se preocupa de que su permanencia parezca demasiado intensa y de que Tom quiera que se vaya. Casi rompen varias veces por cortesía.
En otra vuelta de tuerca al género, Jessie es incapaz de relajarse tras su espontáneo giro de 180 grados. Si estuviera en una comedia romántica de Hollywood, habría tomado sin problemas una gran decisión vital, habría caído en los brazos de Tom y habría pasado la tarde entre sus sábanas. Pero en Starstruck, ella se siente tan caótica por haber cambiado de opinión que inexplicablemente arrastra a Tom a un local de alfombras de baile y luego va a ver Magic Mike, sola.
Starstruck es tan descomunal como la primera vez. También es astutamente observada y gloriosamente tonta, y el reparto es acertado (especialmente Al Roberts, que está en una forma estupendamente torpe como el novio de la compañera de piso de Jessie), pero no es tan divertida como la primera serie. Un momento álgido de la primera temporada – cuando Jessie bailó salvajemente “Return of the Mack” después de salir de un lío – fue aclamado por Vulture como “Los 99 segundos más alegres de la televisión de este año”. Esta serie no tiene el mismo efecto.
Tom es sincero y serio hasta el extremo. Jessie, por su parte, es incapaz de mostrar afecto o vulnerabilidad sin convertirlo en una broma. La falta de química entre Chica y Chico induce más a la ansiedad que a la risa. A veces piensas que si tienes que esforzarte tanto para que funcione, probablemente no esté destinado a ser.
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