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La infección por el nuevo coronavirus provoca daños en los testículos de los hámsters y cambios hormonales asociados, según un nuevo estudio que ha pedido mejores estudios de seguimiento a largo plazo de la fertilidad en los pacientes recuperados de Covid-19.
Los investigadores, incluidos los de la Universidad de Hong Kong, evaluaron los cambios inmunológicos, patológicos y hormonales graduales en los testículos de los hámsteres tras la infección por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y sus variantes.
Utilizaron el virus de la gripe A(H1N1)pdm09, que fue el causante de la pandemia de gripe porcina de 2009, como control del estudio para comparar los efectos.
Aunque la infección del tracto respiratorio en los hámsters fue limitada tras la inoculación del SARS-CoV-2, los científicos descubrieron que el virus provocaba una disminución aguda del recuento de esperma, de la testosterona sérica hasta una semana después de la infección y, posteriormente, una reducción del tamaño y el peso de los testículos.
El estudio, publicado el viernes en la revista revista Clinical Infectious Diseases, encontraron varios signos de daños en el tejido reproductivo de los hámsters infectados.
“Se observaron daños histopatológicos agudos con diversos grados de inflamación testicular, hemorragia y necrosis, degeneración de los túbulos seminíferos e interrupción de la espermatogénesis ordenada con el aumento del inóculo del virus”, escribieron los científicos en el estudio.
Por el contrario, afirmaron que la infección intranasal o intra-testicular controlada con el virus de la gripe no mostró ninguna infección o daño testicular.
Sin embargo, los científicos también señalaron que estos daños testiculares pueden prevenirse mediante la vacunación.
A lo largo de la pandemia, los investigadores de todo el mundo han descubierto que, si bien el Covid-19 es principalmente una enfermedad respiratoria, el nuevo coronavirus también infecta tejidos fuera de los pulmones, como los relacionados con el sentido del olfato y el gusto, así como células del tracto reproductivo.
Un estudio anterior había encontrado pruebas de que uno de cada 18 voluntarios infectados por el SARS-CoV-2 experimentaba molestias en el epidídimo, un tubo largo y enrollado que se encuentra encima y detrás de cada testículo.
Otro estudio, realizado post-mortem en varones infectados por Covid-19, encontró signos de inflamación de uno o ambos testículos.
Investigaciones anteriores también han descubierto que las proteínas del receptor ACE2 -que el nuevo coronavirus utiliza como puerta de entrada a las células humanas- no sólo está presente en los pulmones, sino también en las células del sistema reproductor, como en la espermatogonia, las células de Sertoli y las de Leydig.
Sin embargo, no está claro si la infección por el nuevo coronavirus puede causar daños directos en los testículos.
En el estudio, los científicos inocularon a hámsters de ocho a diez semanas de edad con diferentes dosis de la cepa salvaje del nuevo coronavirus, así como de las variantes Delta y Omicron, utilizando la cepa de gripe A(H1N1)pdm09 como control.
Los roedores fueron sacrificados para analizar sus órganos y tejidos a los 1, 4, 7, 42 y 120 días después de la infección.
Los investigadores descubrieron que el recuento de espermatozoides estaba “significativamente reducido” en todos los hámsters infectados con las dosis más altas del virus después de 4 días, a pesar de la ausencia de cambios patológicos en la apariencia, el tamaño o el peso de sus órganos.
A los 120 días después de la infección, los científicos observaron una marcada reducción del tamaño y el peso de los testículos, y el recuento de espermatozoides también se vio “significativamente reducido” a los 42 y 120 días después de la infección.
Sin embargo, el estudio descubrió que los hámsters inmunizados con dos pinchazos de la vacuna del virus completo inactivado con dosis separadas por 14 días no mostraban signos de daño en el tejido de los testículos, lo que indica que la vacunación “protege eficazmente los testículos de la infección por el SARS-CoV-2”.
Aunque los nuevos hallazgos se limitan a los hámsters, los científicos creen que está justificado el seguimiento a largo plazo del recuento de espermatozoides y del perfil de hormonas sexuales de los machos recuperados de Covid-19.
“La conciencia de un posible hipogonadismo y subfertilidad es importante en el manejo de los machos COVID-19 convalecientes”, escribieron en el estudio.
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