Isabelle Huppert sobre la desnudez, las protestas de París y su reputación: “Creo que es fácil trabajar conmigo”

Isabelle Huppert ha interpretado a una monja que escribe literatura erótica, una profesora de piano que se autolesiona, una administradora de correos asesina, una víctima de violación vengativa, una prostituta parricida, una traductora traficante de drogas, una matrona acosadora, una madre obsesionada con el sexo. ¿Cuál es la mejor manera de resumir la carrera irreductible del actor quizás más destacado de Francia? “LOVER”, declara la camiseta azul oscuro que lleva puesta hoy, en el noveno piso de un hotel de paredes de cristal con vistas a la estación de St Pancras. Un epíteto más apropiado probablemente sería “WORKAHOLIC”.

Así fue la caricatura que propuso la comedia dramática francesa ¡Llama a mi agente!, en la que Huppert se interpretó a sí misma como una actriz que simplemente no puede decir que no, que trabaja día y noche en dos películas en dos idiomas mientras acepta despreocupadamente el papel teatral de Hamlet. “Tienes la resistencia de un sherpa nepalí”, le dice su agente ficticio.

“Eso fue muy divertido”, recuerda Huppert. Ella emite una risita conspiradora. “Es todo una exageración, por supuesto. Participé en la redacción. Y lo peor vino de mí”.