Un programa de reintroducción de águilas pescadoras, en peligro de extinción, en un remoto rincón de Inglaterra después de más de dos siglos, ha visto al centésimo polluelo alzar el vuelo.
El hito se alcanzó cuando un polluelo llamado Fourlaws se armó de valor para abandonar su nido y voló sobre el bosque de Kielder, en Northumberland.
Vigilado por su tímida hermana, Fourlaws fue captado por una cámara sobre su nido realizando su primer vuelo el miércoles por la mañana, regresando 35 minutos después.
Llevaba días batiendo las alas y saltando en el aire, lo que indica que se estaba preparando para su primera incursión fuera del nido.
Se convirtió en el centésimo polluelo de águila pescadora de Kielder en volar desde que se introdujeron en 2009, cuando las raras aves de presa nacieron en Northumberland por primera vez en más de 200 años.
Las águilas pescadoras, que antes se veían en todo el Reino Unido, fueron perseguidas y la especie se extinguió como ave reproductora en Inglaterra en 1847 y en Escocia en 1916.
Su reciente éxito ha encantado a los conservacionistas, ya que Kielder se ha convertido en un lugar clave para la recuperación de la naturaleza, actuando como cabeza de puente para que las águilas pescadoras sigan recolonizando Inglaterra.
Tom Dearnley, ecologista de Forestry England, dijo: “Que 100 pollos hayan salido a flote con éxito en tan sólo 13 años y por un ave que había estado ausente durante tanto tiempo es asombroso.
Se trata del restablecimiento de una población, una reserva de animales que puede extenderse hacia el exterior, lo que supone un gran impulso para la biodiversidad”.
PA Archive/PA Images – Hugh Macknight
“Es un pago completo por el esfuerzo invertido en la construcción de plataformas de anidación en los años anteriores a su llegada y el trabajo de todo el equipo involucrado en las águilas pescadoras en Kielder.
Y añadió: “La importancia de este tamaño de población es que las aves nacidas en la zona se ven ahora en otros lugares del Reino Unido, además de regresar a Northumberland para criar a sus propias familias. Esto demuestra lo que se puede hacer con hábitats bien gestionados, previsión y colaboración.”
Aprender a cazar por sí mismos será la siguiente etapa.
Las jóvenes águilas pescadoras deben acumular grasa corporal, ya que en pocas semanas se embarcarán en una peligrosa migración de 8.000 kilómetros hasta el sur del África subsahariana.
Dentro de dos años, los jóvenes deberían hacer su primer viaje de regreso al Reino Unido.
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