Ciencia

Los científicos identifican cientos de plantas comestibles ricas en nutrientes con un potencial sin explotar para tratar las deficiencias vitamínicas

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Los científicos han identificado más de 1.000 plantas comestibles con un potencial desaprovechado que, según dicen, podrían solucionar las carencias de vitamina B de miles de personas en todo el mundo.

El estudio, publicado en la revista Nature Plants, recopiló datos sobre el contenido de vitamina B de casi 300 especies de plantas conocidas desde el punto de vista nutricional y descubrió que las especies estrechamente relacionadas presentan valores nutricionales más parecidos que las distantes.

Los investigadores, entre los que se encuentran los del Real Jardín Botánico de Kew y el Imperial College de Londres, identificaron 1.044 especies vegetales “infrautilizadas” que tienen potencial para ser una fuente de vitamina B.

Los estudios han demostrado que la vitamina B -una clase de vitaminas que incluye la tiamina, la riboflavina, la niacina y la biotina- es un factor clave para mantener la buena salud y el bienestar general.

En sus diversas formas, se ha demostrado que ayuda a descomponer y liberar la energía de los alimentos, y ayuda a mantener un sistema nervioso sano.

Sin embargo, se ha descubierto que esta vitamina es comúnmente deficiente tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo, especialmente en el África subsahariana y en el sudeste asiático.

Combinando los datos sobre la vitamina B de unas 300 especies de plantas conocidas con el conocimiento de sus relaciones evolutivas, los investigadores pudieron proyectar los valores de la vitamina en más de 6.000 especies de plantas comestibles documentadas en todo el mundo.

La investigación acaba de identificar unas 1.000 especies de plantas como fuentes potenciales de cinco vitaminas B diferentes: B1, B2, B3, B5 y B9, de las cuales 63 plantas están amenazadas en su entorno natural.

Los científicos afirman que muchas de estas especies vulnerables y ricas en nutrientes se encuentran en focos mundiales de malnutrición como el sudeste asiático y el África subsahariana, lo que sugiere la necesidad de emprender más acciones de conservación para garantizar que la diversidad de plantas comestibles siga siendo una reserva de nutrición para las generaciones futuras.

“Predecimos los perfiles de vitaminas B de >6.400 plantas comestibles que carecen de datos nutricionales e identificamos 1.044 especies como prometedoras fuentes clave de vitaminas B”, escribieron los científicos en el estudio.

“Este estudio ilustra cómo nuestros conocimientos fundamentales sobre la diversidad de las plantas y su parentesco evolutivo pueden proporcionar herramientas para preservar la naturaleza y sus aportaciones a las personas, incluida la más esencial: la alimentación”, añadió Samuel Pironon, coautor del estudio.

Aunque se sabe que productos alimenticios como la carne de vacuno, las vísceras, las aves y el marisco, así como los productos lácteos, los huevos, las legumbres y algunos cereales fortificados para el desayuno son buenas fuentes de esta vitamina, los científicos afirman que la identificación de una gama más amplia de plantas con potencial para complementar estos micronutrientes vitales puede ofrecer una alternativa viable a las dietas basadas en la carne.

“Tenemos que prestar más atención a la increíble diversidad de plantas comestibles para comprender mejor cómo pueden contribuir a la nutrición humana y qué debemos hacer para preservarlas para las generaciones futuras. Nuestro estudio representa un paso importante en esa dirección”, señaló Aoife Cantwell-Jones, autora principal del estudio.

Entre las especies de plantas no amenazadas identificadas recientemente como fuentes potenciales de vitamina B en el estudio se encuentra el género Digitaria, compuesto por muchas especies de hierbas de alto potencial nutricional, entre ellas el fonio y sus parientes silvestres nativos de las sabanas de África Occidental.

Los investigadores afirman que estas plantas podrían representar una importante fuente de alimentos para el futuro, ya que son de rápido crecimiento y muy resistentes a los climas cálidos y secos.

Dicen que la avena etíope (Avena abyssinica) es también un alimento tradicional e infrautilizado con un alto potencial para la seguridad alimentaria.

Entre las especies amenazadas, los científicos afirman que los frutos y las semillas de varios baobabs emblemáticos (Adansonia), originarios de Madagascar, también son fuentes ricas en vitamina B.

El Secale africanum, un centeno silvestre que sólo se encuentra en el Karoo, en el suroeste de Sudáfrica, también es una fuente potencialmente buena de esta vitamina, afirman.

Sin embargo, los investigadores añaden que esta planta ha sufrido una grave disminución por el sobrepastoreo del ganado, la mala gestión de la tierra y las enfermedades.

“Primero debemos garantizar que sigan estando disponibles en la naturaleza a largo plazo, y que sepamos cómo aprovecharlas al máximo. Por tanto, hay que dar prioridad a la conservación tanto de las especies de origen como de los conocimientos tradicionales que las rodean”, señaló Cantwell-Jones, candidata al doctorado en el Imperial College de Londres.

Los investigadores afirman que, en futuros estudios, también habría que comprobar los perfiles nutricionales de estas especies mediante métodos químicos.

“Aunque no es en absoluto una bala de plata para atajar la malnutrición, conservar una cartera diversa de plantas comestibles, desentrañar suLos científicos escribieron en el estudio que “las estrategias esenciales para mejorar la resistencia nutricional global son el desarrollo de los potenciales nutricionales y la promoción de su uso sostenible”.

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