Los monos aulladores adultos utilizan el juego para evitar conflictos y reducir la tensión del grupo, y los niveles de juego aumentan cuando se enfrentan a recursos escasos, según sugiere un estudio.
Los investigadores observaron que los monos adultos pasaban más tiempo jugando entre ellos que con los niños, y las hembras adultas pasaban más tiempo dedicadas al juego que los machos adultos.
El juego consiste en que los monos se cuelgan de la cola y hacen expresiones faciales y señales, como sacudir la cabeza.
Es una actividad costosa para los monos aulladores en términos de energía, ya que generalmente tienen un estilo de vida inactivo debido a su dieta basada principalmente en hojas.
El equipo de investigación registró que el juego entre los adultos aumenta en consonancia con el tiempo dedicado a buscar fruta, y creen que es para mantener la paz.
Los monos aulladores suelen comer hojas, y la fruta es un recurso muy apreciado que genera competencia entre los monos.
El estudio, realizado por un equipo de investigadores de España, Brasil y el Reino Unido, se centra en la actividad de dos subespecies de mono aullador -el aullador mexicano y el aullador de manto dorado- en las selvas tropicales de México y Costa Rica.
Observaron siete grupos diferentes.
Los monos aulladores no tienen una jerarquía social fija dentro de sus grupos para navegar por la competencia y el conflicto, y no participan en el aseo colectivo, que es utilizado por algunos primates para la cohesión del grupo y la reducción de la tensión.
El coautor, el Dr. Jacob Dunn, profesor asociado de Biología Evolutiva en la Universidad Anglia Ruskin (ARU), dijo: “A pesar de su apariencia y de nuestra propia percepción de lo que significa el juego, éste no siempre se asocia con la frivolidad o la educación.
“Por el contrario, pensamos que cumple una función importante en la sociedad de los monos aulladores al reducir la tensión cuando hay competencia por recursos escasos.
“Encontramos que los niveles de juego son máximos cuando los monos aulladores se alimentan de fruta -que es un recurso valioso y defendible- y las hembras adultas juegan más que los machos.
“Esto es sorprendente, ya que las hembras serían más vulnerables a la competencia alimentaria que los machos.
“Los monos aulladores son una especie particularmente conservadora de energía, y habríamos asumido que las hembras habrían jugado menos, ya que también están limitadas por los requisitos energéticos de la reproducción”.
El autor principal, el Dr. Norberto Asensio, de la Universidad del País Vasco (España), dijo: “Una teoría del efecto positivo del consumo de fruta en el juego es que una dieta basada en la fruta simplemente proporciona a los monos aulladores más energía en comparación con su dieta típica de hojas.
“Sin embargo, si este fuera el caso, deberíamos haber observado a los adultos participando en más juegos con todos los miembros del grupo durante la búsqueda de fruta, en lugar de sólo con otros adultos.
“Dado que los juveniles no suponen una amenaza ni suponen una competencia en los árboles frutales, creemos que el juego entre los adultos es un mecanismo para resolver conflictos dentro del grupo, de forma similar al aseo que utilizan algunas otras especies de primates.”
– El estudio se publica en la revista Animal Behaviour.
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