¿Por qué la gente ve porno en el trabajo?

Ta dimisión del diputado conservador Neil Parish ha hecho que mucha gente se pregunte qué puede llevar a alguien a pensar que es aceptable ver pornografía en su lugar de trabajo.

Tras ser denunciado por compañeras de trabajo que presenciaron sus actos, Parish admitió que había mirado en dos ocasiones contenidos pornográficos en su teléfono en el hemiciclo de la Cámara de los Comunes.

Como descubrió Parish, usar porno en el trabajo puede acabar con la carrera. Casi todo el mundo lo considera inaceptable y suele considerarse una falta grave. Y no sólo te puede costar el trabajo si te pillan, sino que también puede tener graves repercusiones en tus relaciones personales.

Los psicólogos suelen ver la pornografía a lo largo de un espectroAlgunos la consideran relativamente inofensiva o incluso útil. Pero un uso excesivo, por razones equivocadas y en lugares inadecuados puede provocar distorsiones perjudiciales en nuestras percepciones y valores. Esto se considera uso problemático de la pornografía [PPU]. Acceder a contenidos para adultos en el trabajo entra en esta última categoría. Y, sin embargo, miles de personas lo hacen.

¿Quién lo hace?

Una encuesta estadounidense de aproximadamente 2.000 adultos realizada en 2014 descubrió que el 63% de los hombres había visto pornografía al menos una vez en el trabajo en los tres meses anteriores, y el 38% lo había hecho más de una vez. Entre las mujeres, el 36% había visto pornografía en el trabajo en los últimos tres meses y el 13% más de una vez.

Es posible que haya un cierto sesgo de autoselección de los participantes en la investigación, por lo que es razonable decir que no conocemos del todo la magnitud exacta del problema del consumo de pornografía en el lugar de trabajo. Aunque no es tan tabú como antes, uno de cada 10 participantes suele optan por no responder a las preguntas sexuales en las encuestas y, dado que los encuestados más jóvenes tienen actitudes más liberales hacia la pornografía que las personas de más edad, las encuestas sobre la fuerza de trabajo pueden proporcionar ocasionalmente resultados extrañamente sesgados.

La investigación sobre visualización de pornografía en el lugar de trabajo tienden a centrarse en las profesiones con acceso diario a Internet como parte de su trabajo. La Fundación Nacional de la Ciencia de EE.UU. descubrió una epidemia de “uso repetido de pornografía” entre su propio personal en 2009. Los datos oficiales publicados tras una solicitud de libertad de información de la Press Association mostraban que se habían producido 24.000 intentos de acceso a la pornografía en el Parlamento británico entre las elecciones generales de junio de 2017 y enero de 2018. Aunque eso incluye cualquier intento de acceder a un sitio para adultos mientras se está en el recinto tanto entre el personal como entre los visitantes -incluso en dispositivos personales-, la magnitud del problema sigue siendo sorprendente.

¿Por qué arriesgarse?

Un estudio en tres partes de 2.500 hombres y mujeres de Hungría encontró ocho motivaciones diferentes detrás del uso de la pornografía en Internet. La razón más común es el placer, una motivación para el 45% de los encuestados. Otro 12% citó la curiosidad y el 10% dijo que estaba satisfaciendo fantasías sobre experiencias sexuales inalcanzables.

Ninguna de las ocho motivaciones estaba fuertemente asociada con el consumo problemático de pornografía, pero algunas personas dijeron que utilizaban la pornografía en el trabajo para controlar el estrés o cuando necesitaban una distracción emocional, como por ejemplo, para hacer frente a un mal estado de ánimo. Estas dos razones tienen una asociación más estrecha con la pornografía problemática porque potencialmente reflejan una tendencia a utilizar la pornografía para hacer frente con otros problemas.

Es posible que algunas personas utilicen la pornografía en el lugar de trabajo por otras razones desviadas, convirtiéndola en un acto de rebeldía de bajo nivel o para demostrar que son más inteligentes que sus empleadores saltándose las normas. Tener un secreto que nadie conoce podría ser un motor. A la gente le gusta sentir que está superando a sus colegas ignorantes o incluso podría ser una forma de de autopreservación para los que trabajan en exceso.

A pesar de la actitud generalizada en contra de la pornografía en los lugares de trabajo, un pequeño número de trabajadores se atreve a compartir pornografía. Datos del Trades Union Congress muestran que el 10% de las trabajadoras han estado expuestas a la pornografía en el lugar de trabajo. En muchos casos, esas imágenes se convierten en un arma de acoso, haciendo que las mujeres miedo a denunciar.

Repercusiones más amplias para los colegas

Cuando le pillaron, Parish insistió en que no estaba viendo porno con la intención de que otros lo vieran.Sea o no cierto, realizó estas actividades en un lugar donde podía ser visto. El Comisión de Igualdad y Derechos Humanos del Reino Unido enumera la exhibición de imágenes o vídeos gráficos como ejemplos de conducta no deseada de carácter sexual. El acoso sexual no siempre es intencionado y, de hecho, ha habido casos de empresarios que han intentado excusar la exhibición de pornografía por parte del personal como “partes excéntricas de la brillantez creativa del empleado”.

Algunos trabajadores pueden tener motivaciones siniestras para ver pornografía tan abiertamente. Puede ser su forma equivocada y hostil de demostrar su estatus o importancia percibida dentro de una organización, y una forma de intentar intimidar a los demás.

Parish sigue insistiendo en que su primer consumo de porno fue un accidente, ya que se topó con un sitio para adultos mientras miraba tractores en Internet. Las personas sorprendidas consumiendo porno en el lugar de trabajo no suelen confesar todo su comportamiento a menos que se les presenten pruebas irrefutables. Pero los registros de acceso suelen revelar un historial de visionado mucho más amplio del que admiten inicialmente. Los usuarios de pornografía suelen sentirse culpa, asco y vergüenzalo que limita su disposición a hablar de cualquier asociación con materiales explícitos hasta que se les presenten pruebas. Incluso entonces, suelen utilizar excusas preparadas de antemano que implican búsquedas inocuas que “salen mal” o que son pirateadas para evitar el tema.

Las personas que ven pornografía en los lugares de trabajo son una responsabilidad para sus organizaciones. Investigación encontró vínculos entre el uso problemático de la pornografía y los comportamientos poco éticos deliberados en las empresas, contribuyendo a diversas actividades desagradables como la deshonestidad, la conducta interesada e incluso el fraude. Esto se explicaba por el aumento de la desvinculación moral ayudada por la deshumanización de otras personas debido a la PPU.

Así que, aunque el uso de la pornografía en el trabajo puede ser más común de lo que pensamos, y las razones para hacerlo son complejas, está claro que hay todo tipo de repercusiones potencialmente graves por cruzar esta línea, tanto para el usuario como para sus colegas.

Craig Jackson es profesor de psicología de la salud laboral en la Universidad de Birmingham. Este artículo apareció por primera vez en The Conversation