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Científicos argentinos han encontrado un nuevo dinosaurio depredador gigante que podría ayudar a explicar el misterio de por qué el Tyrannosaurus rex tenía los brazos tan cortos.
Los científicos que escriben en la revista Current Biology dicen que se desenterraron en la Patagonia extensos restos óseos de la especie hasta ahora desconocida.
Bautizada como Meraxes gigas, la especie medía unos 11 metros de largo, con un cráneo de 1,2 metros y brazos de sólo 60 centímetros.
Por el contrario, el T-rex medía alrededor de 13m (45 pies) de largo y puede haber tenido un cráneo de 1,5m (5 pies) de largo, pero los brazos sólo alrededor de 1m de largo.
La especie encontrada por los científicos ha sido bautizada como Meraxes en honor a un dragón de la serie de ficción Canción de Hielo y Fuego de George RR Martin y gigas, gigante en griego, en referencia al enorme tamaño de la especie.
Juan Canale, autor principal del estudio dijo a la BBC: “Estoy convencido de que esos brazos proporcionalmente diminutos tenían algún tipo de función. El esqueleto muestra grandes inserciones musculares y fajas pectorales totalmente desarrolladas, por lo que el brazo tenía una fuerte musculatura.”
“Es posible que utilizaran los brazos para comportamientos reproductivos, como sostener a la hembra durante el apareamiento o apoyarse para volver a levantarse después de un descanso o una caída.”
El estudio ha sido elaborado por el Sr. Canale y Peter Makovicky.
El Sr. Makovicky dijo que los brazos del dinosaurio eran “literalmente la mitad de la longitud del cráneo y el animal no habría sido capaz de llegar a su boca”.
Los científicos creen que las enormes cabezas de la especie eran la principal herramienta depredadora y realizaban funciones que los brazos habrían tenido en especies más pequeñas.
Añadieron que otras dos especies -los tiranosáuridos y los abelisáuridos- también desarrollaron brazos pequeños por razones similares.
Un estudio realizado en abril había sugerido que los brazos del T-Rex probablemente se redujeron en longitud como una adaptación para evitar amputaciones cuando una manada de los poderosos dinosaurios descendía sobre los cadáveres con sus enormes cabezas y dientes trituradores de huesos.
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